Javier Fumero

Pedro Sánchez marca la agenda, encandila y da esplendor

Basta con echar un vistazo al programa de esta semana: Lunes, reunión con dirigentes del Ibex 35; Martes, consejo de ministros; Miércoles, cita con Pablo Casado e Inés Arrimadas en Moncloa; Jueves, lo mismo pero con Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV); Viernes, conferencia con los presidentes autonómicos.

¿Qué les parece? Eso se llama protagonizar la agenda política, marcar los tiempos, tomar las riendas de la situación y diseñar una escenografía para ocupar el centro de la pista desde el primer minuto. ¿Consecuencia? La oposición va a remolque. No le queda más remedio que ir a rebufo. Sale a responder, jadeando, a los mensajes que va colocando el presidente.

Este lunes, primera píldora. Discurso patriótico y nuevo lema: “España puede”. Clamor unánime para que el PP se pliegue a negociar unos Presupuestos que serían el pasaporte del actual Gobierno para pasar tres años más en Moncloa. ¿Argumentos? El dinero de Bruselas depende de ese acuerdo y el virus no tiene adscripción política: exige unidad. Quien dé la espalda a esto es un desleal: no prioriza el bien de España sino su propia ideología.

Es una falacia, un trampantojo. Porque el primer obstáculo para la llegada de la ayuda europea y consensuar unos Presupuestos está en el propio Gobierno: se llama Unidas Podemos (ya es paradójico el juego de palabras, porque unidos, no parecen poder). Los de Pablo Iglesias son los que le pegan pataditas en las piernas al presidente mientras lanza estos días en público su ingenioso discurso. Pero de esto apenas se habla. 

El PP se desgañita en negar el marco creado por Iván Redondo desde Moncloa e insiste, por ejemplo, en la extraña voluntad negociadora de Pedro Sánchez. Quiere pactar con el líder popular pero ha cortado cualquier comunicación con él… ¡desde el pasado mes de mayo! Este dato, sorprendente e ilustrativo, apenas ha calado en la opinión pública.

“Será difícil que el PP apoye los Presupuestos”. Eso es lo que va a quedar. La culpa será del PP. Iván y Pedro son muy hábiles y el mensaje ha empezado a calar. Y así con todo. Como ese alto directivo que el lunes, a la salida del citado acto presidencial, manifestó en privado su entusiasmo por ver a Pedro Sánchez exponer sus ideas durante una hora de corrido y sin papeles. ¡Pero si leyó el discurso en dos teleprónter semi-transparentes! Así de obnubilados están algunos.

Lo que les digo: el mensaje está calando. Son unos genios.

Más en twitter: @javierfumero

 
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