Javier Fumero

Pedro Sánchez muta en Rajoy

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en La Moncloa.
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, en La Moncloa.

La primera mención, todo hay que decirlo, la hizo Carlos E. Cué en El País. El periodista que cubre para el periódico del Grupo Prisa la información del Gobierno publicó este jueves una interesante crónica con claves y pistas sobre los pactos de gobierno. En un momento de su análisis, afirmó:

-- “Las cosas se mueven, y sin embargo el PSOE parece quieto y en silencio mientras todos los demás multiplican sus reuniones, sus discusiones internas y sus peleas, sobre todo dentro del grupo de la derecha entre Ciudadanos y Vox. El PSOE juega a todas las bandas, incluida la opción Ciudadanos, cada vez más complicada. Pero lo hace casi sin moverse”.

El periodista recordaba que esta estrategia de dejar cocinar a los demás en su propia salsa antes de actuar, de medir bien los tiempos, de esperar a que el contrario se intranquilice y cometa un error, fue una táctica patentada por don Mariano.

Efectivamente, el ex presidente del PP se hizo famoso por esa política de la inacción, que le llevó por ejemplo a recibir el duro calificativo de “estafermo” por parte de Pedro J. Ramírez en aquella singular carta, firmada por “un arponero ingenuo”, que tuvo que publicar en Facebook porque El Mundo de Casimiro García Abadillo la vetó.

Rememorando todo aquello, añadía Cué:

-- Sánchez, un hombre acostumbrado a llevar la iniciativa desde que llegó a La Moncloa, está haciendo esta vez de Mariano Rajoy. El expresidente siempre utilizaba la técnica de esperar a que los demás se movieran para ser el último en hacerlo y tener así toda la jugada completa. Rajoy era sobre todo un especialista en aprovechar los errores ajenos. Sánchez también, pero él además usa en su favor la enorme ventaja de ser el único que realmente puede gobernar.

Horas después, hubo confirmación al giro rajoyiano. Moncloa anunció que Pedro Sánchez no haría declaraciones a su salida de la Zarzuela, tras participar en la ronda de consultas con el Rey. Silencio, mutismo, chitón. Al final, hubo comparecencia, a última hora, por sorpresa. Gran enfado de los periodistas, por cierto, que ya estaban camino a casa con sus crónicas prácticamente cerradas.

Pero el amago silente tiene su miga porque no en vano Pedro Sánchez salió de la cita real con el encargo de formar gobierno. De ahí que el sigilo hubiera sido más ruidoso todavía. ¿Evasivas con los periodistas? ¿Mutis por el foro tras momento tan importante? ¡Rajoy en estado puro! Ojo, que lo siguiente puede ser el Marca...

Más en twitter: @javierfumero

 
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