Pedro Sánchez pasa de la homilía semanal al mutis por el foro

Pedro Sánchez no tiene término medio. Va a pasar de la homilía semanal que nos impartió religiosamente cada fin de semana del confinamiento de la pasada primavera, a marcarse un clamoroso mutis por el foro este jueves, cuando debe defender en sede parlamentaria la prórroga del estado de alarma… ¡por seis meses más!

Ha delegado ese difícil cometido en el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a pesar de que se trata de una petición insólita, absolutamente excepcional y, según los expertos y científicos citados por Moncloa, de gran importancia para el país.

¿Cómo es posible este cambio de criterio? Vio conveniente sermonear a toda la nación con vaguedades, emoticonos y soporíferos fervorines sacados de manuales de autoayuda pero ahora rehúye ponerse al frente de la moción. No se entiende.

Como suele ser práctica habitual, hay un tufo a cálculo político detrás de esta decisión que tira para atrás. 

Oficialmente Moncloa ha dicho que existen problemas de agenda por la coincidencia del pleno con una reunión extraordinaria sobre el Covid-19 de ámbito comunitario. Pero parece una excusa del todo inconsistente: se trata de una cita informal, que tendrá lugar por vía telemática y que no empieza hasta las 18:30 horas del jueves. Sin embargo, el Pleno está convocado para las 9:00 de la mañana y contempla un tiempo tasado para cada intervención. Es decir, no hay posibilidad de que se alargue más de lo debido y se solape con la cita europea.

Sea de ello lo que fuere, parece que el Gobierno tiene los apoyos necesarios para sacar adelante la propuesta. Eso sí. Los principales socios con los que cuenta el Ejecutivo están pactando en estos momentos una enmienda conjunta que obligue a Pedro Sánchez  a dar cuentas cada mes de la situación, con el compromiso añadido de levantar el estado de alarma en cuanto las cifras demuestren que los contagios han remitido y la situación sanitaria esté controlada. Habrá que ver en ese caso cuáles son los criterios objetivos que se medirán. Porque estamos hablando de un recorte de libertades con pocos precedentes.

En cualquiera de los casos, no parece de recibo esta decisión de huir del parlamento en un momento tan trascendental y cuando se decide algo tan importante para todos los españoles. Demuestra la inconsistencia de este presidente al que hay que exigirle menos mercadotecnia y más rendir cuentas en el Congreso.

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