Pedro Sánchez prepara el bótox para el Gobierno
Le ha costado y mucho. Estuvo semanas callado como un muerto, desaparecido, sin decir esta boca es mía a pesar de la entidad del batacazo del PSOE en Madrid a principios de mayo. El presidente del Gobierno optó por el silencio y esperar a que escampara.
Sin embargo, pasaron las semanas y las encuestas empezaron a recoger la nueva tendencia: un vuelco en intención de voto, el sorpasso del PP al PSOE (todavía sólo en la mente de los españoles) y el bloque de la derecha que empieza a sumar más que toda la izquierda, también por el desplome de Podemos.
A todas estas, tras meses de insinuaciones y amagos, el Gobierno decidió poner sobre la mesa –ahora sí- la espinosa cuestión de los indultos a los políticos presos en Cataluña. La bronca no tardó en cuajar, con el ingrediente morboso de las rebeliones internas: voces críticas en el propio Partido Socialista.
Sin embargo, el ‘trágala’ está decidido. Habrá indultos matizados, lo más medidos posible para evitar un sopapo judicial, y tocará tragar quina –dicen en Ferraz-, resistir el chaparrón de protestas, que eso es la resiliencia. La idea fuerza es que, pasado el tiempo y apaciguado el motín catalán, todos tendrán reconocer el generoso gesto de Pedro Sánchez. Veremos.
Precisamente entonces, antes de este mes de agosto pero una vez superado el tsunami, tocará afrontar una crisis de gobierno como la que se acaba de filtrar. Habrá cambio de ministros. Moncloa ha tenido que sacar una nota aclaratoria porque también este anuncio se le ha ido de las manos. Han trascendido algunas cuchilladas internas para moverle la silla a Carmen Calvo.
Por lo que se ha podido saber, Sánchez no quiere cambios meramente estéticos. Habrá bótox porque él sigue siendo el enunciado principal, pero se querrá enviar un mensaje a la ciudadanía, aprovechar las obras en casa para aportar ilusión y motivos para la esperanza. No se descarta algún fichaje de relumbrón. De hecho la filtración procede de algunas preguntas realizadas para conocer la idoneidad de personas concretas. Veremos, porque los precedentes no son halagüeños: hubo bastantes noes a la candidatura de Madrid.
Con la mayoría de la población vacunada en agosto, se intentará ‘vender’ que el Ejecutivo se centra ahora en afrontar la recuperación económica. Tras el verano empezarán a llegar los primeros fondos de esos 140.000 millones que Europa ha prometido a España para relanzar el país.
Habrá reducción de carteras. Mensaje de cierta austeridad, de nueva etapa. Se cuidarán los perfiles políticos para dar a entender que todo el Ejecutivo estará centrado en lo realmente importante. Se pretende conformar un consejo de ministros capaz de imprimir un claro sesgo ideológico al gobierno de los próximos dos años. Aplicar políticas netamente de izquierdas –igualdad, ecología, sostenibilidad, medioambiente- y dejar una impronta que poder esgrimir como un aval en las próximas elecciones generales.
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