Pedro Sánchez resta

Las duras declaraciones de Emiliano García Page marcando tanta distancia con Pedro Sánchez han caído como una bomba en La Moncloa. Sobre todo, por lo explícito de las tres principales claves del mensaje: a) el presidente del Gobierno es en estos momentos un lastre electoral; b) se equivoca al demonizar al nuevo líder del PP; y también patina al elegir a sus socios parlamentarios.

Sánchez y su equipo ya sabían cómo se las gasta el sucesor de José Bono en Castilla-La Mancha. Perfil propio, personalidad, instinto de supervivencia, ese punto populista… Esto no es una sorpresa. Y tampoco que comience su particular campaña electoral velando exclusivamente por sus intereses. Sin embargo, el tono que ha empleado y las pullas concretas que ha lanzado han calado.

Esto indica lo que está en juego el próximo mes de mayo. Las elecciones autonómicas y municipales pueden ser, según pronostican todas las encuestas menos el inefable Tezanos, el comienzo del fin del poder socialista. Primero en las regiones, y después a nivel nacional.

Y alejarse del Boletín Oficial del Estado, eso sí es poder, da cierto escalofrío. De ahí las reacciones de aquellos que están pisando moqueta y se arriesgan ahora a perderlo todo. Se van a defender como gato panza arriba. Con uñas y dientes. Porque ese tren, cuando pasa, no suele dar segundas oportunidades.

Pronostico, por tanto, que Pedro Sánchez no se va a prodigar mucho en campaña electoral por bastantes pueblos y ciudades. Algunos lo van a vetar, directamente. Porque, insisten, su marca ahora mancha, perjudica, resta.

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