Javier Fumero

Ojo al agua que derramamos los periodistas

Oye, ¿y si nos lo hacemos mirar? Sí, nosotros, los periodistas. Porque hay días en los que uno echa la mirada sobre la profesión y ve cosas muy poco presentables.

Me acaba de pasar, nada más levantarse el secreto de sumario sobre el caso de la pobre Asunta, la niña encontrada muerta en extrañas circunstancias en Santiago de Compostela.

Titular del diario El Mundo.es:

-- “El asesinato de Asunta: el padre la drogó y la madre luego la asfixió”.
Entradilla: “El sumario revela que la madre de la niña la asfixió con un objeto aún por determinar en la casa familiar de Teo tras esperar a que el Orfidal durmiera a la niña”.

Titular del diario ABC.es:

-- “«Caso Asunta»: La crueldad de unos padres señalados por todos”.
Entradilla: “El levantamiento del secreto de sumario dejó al descubierto gestos y detalles que, de confirmarse, delatarían la crueldad de unos padres a los que se les acusa de asesinar a su propia hija de diez años”.


Me parece tremendo que dos medios de comunicación, serios y habitualmente rigurosos, no afinen, no extremen el cuidado el enfoque de una información que hace saltar por los aires la presunción de inocencia de dos personas. El principio dice más o menos así: “el acusado debe ser tratado como inocente hasta tanto no se haya demostrado plenamente su culpabilidad”.

Hay que recordar que el sumario de un caso es la investigación dirigida por un juez, que instruye, reúne pruebas y adelanta hipótesis. Falta por demostrar, en sede judicial, que esos indicios permiten efectivamente concluir como lo ha hecho el magistrado en el buen ejercicio de sus funciones.

 

El diario El Mundo, sin embargo, concluye que todo lo que adelanta el sumario está demostrado. Y no es así. Es evidente que vende más, que tiene más audiencia porque el caso clama al cielo, pero no es así.

El titular del diario ABC es mucho peor: entra en valoraciones. “La crueldad de unos padres señalados por todos”. Eso sí: en la entradilla deslizan un “de confirmarse” sumamente revelador. Alguien ha querido cubrirse las espaldas (después de soltar el estacazo a los padres).

No sé si escribo esto afectado por un arrebato purista. Creo que no. La fama de las personas exige por parte de quienes informamos un ejercicio de gran responsabilidad.

Podemos destruir mucho en poco tiempo. Después, es prácticamente imposible llenar el vaso con toda el agua derramada. Por más que uno se empeñe es prácticamente imposible restaurar del daño realizado.

Más en twitter: @javierfumero

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato