Javier Fumero

Se puede pitar al himno español pero jamás a Piqué

Reconozco que el tema me aburre y hasta me resulta cargante. De hecho, lo iba a dejar pasar. Porque las pitadas al central del F.C. Barcelona no tienen mucho recorrido: el público va al estadio a divertirse y se expresa como le viene en gana.

Pero en Cataluña se ha montado un pifostio considerable. Porque no se puede tocar al niño bonito del Barça. En el enésimo arranque de victimismo, los medios locales se han llenado de quejas por el trato al jugador. Estos son algunos argumentos que se han empleado:

-- No se puede mezclar política y deporte.

-- Un estadio no está para estas expresiones de intolerancia.

-- Los niños, aficionados al deporte rey, no deben ser testigos de estas manifestaciones de violencia.

-- Los pitos también son inadmisibles por el compromiso que Piqué ha mostrado siempre con la Selección.

Todo esto me ha traído a la cabeza la polémica pitada al Rey y al himno nacional en el Camp Nou, minutos antes de la última final de Copa.

A una gran mayoría de los catalanes aquello les pareció pura y simple libertad de expresión. Faltaría más. Alegaron el legítimo derecho a manifestar su disconformidad respecto a símbolos sobre los que no sienten ninguna vinculación.

¿No falta aquí coherencia? ¿No se utiliza una doble vara de medir?

 

Está justificado mezclar política y deporte para pitar al himno y a Felipe VI en un campo de fútbol. Un estadio, en este caso, sí se puede utilizar para gestos que otros consideran intolerantes. Los niños también pueden ser testigos de ese gesto de hostilidad. Y da igual el compromiso del Rey con todos los españoles: se le pita lo mismo.

No lo entiendo.

Más en twitter: @javierfumero

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