A los políticos españoles les falta un hervor
Los políticos españoles no están a la altura. Les falta un hervor para afrontar los nuevos tiempos de la gestión de la cosa pública. Fíjense lo que acaba de pasar en Italia. Un señor llamado Matteo Salvini se pasa de frenada, se cree investido de más autoridad de la que tiene, lanza un órdago a sus socios de gobierno y se planta.
En ese momento, dos fuerzas hasta ahora irreconciliables –busquen en la hemeroteca los insultos que se han dedicado en el pasado reciente- como son el Partido Demócrata y el Movimiento Cinco Estrellas entendieron que era el momento de dejar a un lado las muchas diferencias que les separan para aprovechar la oportunidad y dejar colgado de la brocha al rival.
Dicho y hecho. Mateo Renzi y Luigi Di Maio han firmado un acuerdo, sellado en tan solo veinte días, que evita elecciones en Italia y deja fuera del gobierno a la Liga Norte. Pum.
Para que se entienda bien lo que ha sucedido en el país vecino insisto en el punto clave: este pacto era impensable hace sólo unos semanas. Se trata de dos fuerzas políticas que discrepan en asuntos esenciales. Me remito a los datos aportados en las crónicas de estos días.
-- El PD ha votado en contra de prácticamente todas las iniciativas parlamentarias de los llamados ‘grillinos’. Incluso ha discrepado de las dos propuestas emblemáticas del M5E: la reforma constitucional que propone la reducción de los parlamentos y el llamado “subsidio de ciudadanía”.
-- El Movimiento Cinco Estrellas, por su parte, lleva meses acusando a los socialdemócratas de estar detrás de una oscura trama de compra-venta de niños en una región italiana que la justicia italiana está investigando. Por no hablar de la oposición sin tregua que mantuvieron contra los dos últimos gobiernos socialdemócratas liderados por Mateo Renzi y Paolo Gentiloni la pasada legislatura.
¿Qué hace falta para una maniobra así? Mucha inteligencia, diplomacia, mirada larga, dotes para dialogar, capacidad de negociación, flexibilidad y humildad.
El pasado jueves PSOE y Unidas Podemos dieron muestra en el Congreso de muchas cosas pero no de las virtudes señaladas. En la política nacional todavía prima el cortoplacismo, el ego, el frentismo, la desconfianza. Lo dicho: falta un hervor.
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