La prensa que protege a Soraya
Es la queja que se escucha en la sede nacional del Partido Popular. Un amargo lamento sobre el distinto trato que reciben los políticos ‘populares’ por parte de la prensa y la televisión más combativa: se reparte estopa abundante a todo ‘quisqui’... a excepción hecha de la vicepresidenta Soraya.
¿Por qué? ¿Qué sucede? La tesis de estos dirigentes es la siguiente:
-- Soraya Sáenz de Santamaría protagonizó reuniones del máximo nivel con directivos de entidades financieras como el Banco Santander y La Caixa, dirigidas a evitar que el grupo editor de El País entrara en quiebra y tuviera que cerrar. Aquellas gestiones dieron su fruto. Hubo refinanciación para el Grupo Prisa y, acto seguido, el diario El País “bajó el pistón” en sus informaciones. Con el Gobierno y, por supuesto, con Soraya. Hasta hubo cambio de director.
-- La vicepresidenta ha impulsado personalmente algunas ayudas decisivas que han aliviado (o van a aliviar) la situación de las grandes compañías de comunicación. Hay que recordar que la tasa Google, recientemente aprobada para proteger a la prensa escrita frente al presunto canibalismo de la compañía americana, se incluyó por orden expresa de Presidencia del Gobierno. Este Ministerio también dirige el reparto de canales TDT que se celebrará en unos meses.
-- La Sexta ha sido tremendamente beligerante con el PP pero es difícil encontrar en sus programas burlas sobre el presidente del Gobierno. Y con Soraya, también se lo han hecho mirar. Aquí hubo un antes y un después, advierten desde el PP: las decisivas gestiones de la vicepresidenta en el verano de 2012 para desbloquear la fusión con Antena 3. Desde esa fecha, ni Wyoming, ni Joaquín Reyes, ni Gonzo han vuelto a hacer sangre con la portavoz del Ejecutivo.
Esta situación escuece mucho, insisto, en Génova 13. Porque pensando en un futuro quizás no tan lejano es evidente quién sale beneficiada y quiénes cargan con todo el peso de las críticas.
En Moncloa rechazan categóricamente que Soraya haya buscado protección mediática para ella. La vicepresidenta no trabaja para sí misma, explican. Nunca. Se limita a hacer el trabajo que le pide su jefe.
Ella ha realizado gestiones, única y exclusivamente, para proteger a Mariano Rajoy. En esos casos, los argumentos utilizados ante los medios han ido siempre en la misma dirección: se puede criticar y ser mordaz, faltaría más, pero cuidado con La Moncloa porque en ese momento se pone en peligro la estabilidad del país.
Y así, sin quererlo ni beberlo, ese escudo protector levantado en aras del sentido de Estado ha terminado por cobijarla a ella misma. Soraya está saliendo incólume de las pullas, ironías y dardos de los medios, en calidad de miembro del equipo del presidente.
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