Javier Fumero

Al preso Junqueras se le entiende todo

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont en el Parlament.
Oriol Junqueras y Carles Puigdemont en el Parlament.

Yo lo tengo claro: la solución a la crisis de Cataluña pasa por una fractura del frente independentista. Al menos, parece una vía interesante para ir desactivando a los fanáticos que defienden una ruptura a toda costa.

En estos momentos, Carles Puigdemont encabeza el frente ultra, extremista, radical, que apuesta por un enfrentamiento sin medias tintas con el estado español. Presión brutal, despliegue ideológico, movilización de grupos violentos, tensar la cuerda, desplante institucional…

Pero en esta ofensiva, los exaltados se han dejado por el camino a importantes socios, que ven ahora insensata la deriva que está tomando la causa y la apuesta por la radicalidad. Siguen defendiendo una Cataluña independiente pero discrepan del modo en el que deben conseguirla.

A esa división ha contribuido, y no poco, la huida del líder del PDeCat a Bélgica. Esa fuga sigue siendo fuente de discordia entre el independentismo. El líder de ERC, Oriol Junqueras, es uno de los más críticos. No en vano él lleva meses pudriéndose en la cárcel mientras sus correligionarios se alojan en un casoplón alquilado en Waterloo a costa del erario público.

Junqueras supura por la herida. Está indignado con su compañero aunque disimula todo lo que puede. Sin embargo, su amargura se ha dejado traslucir esta semana en una entrevista concedida al diario francés Le Figaro.

-- “Yo me quedé en Cataluña –ha dicho- por sentido de responsabilidad hacia mis conciudadanos. Sócrates, Séneca o Cicerón tuvieron la oportunidad de huir y no lo hicieron. Esta responsabilidad cívica y ética me impresiona mucho”.

Junqueras acaba de llamar antipatriota a Puigdemont y a todos los ex consejeros que pusieron pies en polvorosa hacia centroeuropa. Además, les cuelga el sambenito de inmorales, poco íntegros y deshonestos.

Es que no solo optaron por no asumir las consecuencias de sus actos sino que, con la huida a Bélgica, Puigdemont & Cía han perjudicado a los políticos encarcelados en Lledoners. Este mismo lunes, la Sala Penal del Tribunal Supremo lo ha confirmado.

Acaba de rechazar una vez más su puesta en libertad (y ya van tres) al seguir apreciando “riesgo de reiteración delictiva y peligro de fuga”. Al tribunal le basta levantar la vista y dirigir la mirada hacia Waterloo para constatar que esos temores son “ciertos y concretos”.

 

Los magistrados dan importancia al "hecho notorio" de que fuera de España existen "estructuras de poder organizadas, puestas al servicio de aquellos procesados que han tomado la determinación de sustraerse al llamamiento de esta Sala”, han declarado.

De ahí el amargo lamento de Junqueras. Se le entiende todo.

Más en twitter: @javierfumero

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato