Javier Fumero

El PSOE se consolida como el partido del cambio… de opinión

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en la gala de los Goya en 2016.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en la gala de los Goya en 2016.

Pedro Sánchez está dejando una clara impronta de hombre con gran capacidad para el cambio. Eso puede ser una virtud si se realiza con sensatez y tino. Pero también existe el riesgo de pasar por un veleta, un hombre sin principios.

Insisto en las bondades de variar el rumbo. Una estructura rígida, esclerotizada, con aversión a mudar, se cierra muchas puertas. Las personas tercas carecen precisamente de esa flexibilidad tan recomendable para la propia vida: no escuchan, no dialogan, son cerriles. Se arriesgan a no evolucionar.

Toda reforma exige una transformación, abandonar la zona de confort, transitar por zonas menos exploradas y llegar a un nuevo destino. Y nada de esto es mala cosa, quiero decir.

Sin embargo, los vaivenes de los que está haciendo gala el presidente Pedro Sánchez parecen otro tipo. Este martes llenó de titulares la prensa nacional al referirse a Juan Guaidó como el “líder de la oposición en Venezuela”. Hace sólo unos meses el propio jefe del Ejecutivo y la misma Unión Europea lo reconocieron como presidente encargado de Venezuela.

¿Qué ha pasado? ¿Por qué este cambio repentino en materia tan grave?

Desde Moncloa explican que, efectivamente, lo del martes no fue un lapsus. Que formalmente, España sigue reconociéndole como presidente encargado. Y eso no va a variar. Pero que hay cosas que sí han cambiado. “El presidente ha ido girando a medida que se agravaba la crisis de Venezuela”, dicen.

Pero los ciudadanos tienen sus propias sensaciones. Sánchez ha cambiado en pocos meses respecto a Guaidó pero también en otras cuestiones de gran relevancia. Como la decisión de pactar con Podemos: aquella frase sobre el mal dormir presidencial si se aliaba con este Pablo Iglesias que ahora ha entrado en el Gobierno le perseguirá durante años.

Con los independentistas de ERC y Quim Torra también ha habido mutación grande. De repudiar cualquier pasteleo con los que quieren romper España ha pasado a una mesa de diálogo la mar de conciliadora y amiga.

Esta actitud genera críticas muy duras. Una de ellas la leí ayer en Twitter:

 

-- “El Gobierno es tan plural que cada  bandazo de Sánchez no sabes si es una orden de Torra, de Iglesias o de Rufián”.

Entiendo que Pedro Sánchez hace un balance de daños sobre estos posicionamientos cambiantes. Alguien le debe estar diciendo que esta estrategia no le va a pasar factura en las urnas. Lo más curioso de todo es que a lo mejor estos asesores tienen razón.

Más en twitter: @javierfumero

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato