El PSOE se desespera: no sabe si Pedro Sánchez va o viene
Pero los malos somos los periodistas. ¿Se dan cuenta? Hace unas semanas el presidente Pedro Sánchez abroncó a los medios de comunicación y acusó a los profesionales de la información de inventar noticias, de difundir hechos que ni siquiera había pensado, dijo textualmente. Menos mal que los ciudadanos llevan tiempo asistiendo a los shows del líder socialista y entienden de qué va la cosa.
Pero por si alguno todavía no le había pillado el punto a Sánchez, el pasado jueves hubo otro ilustrativo giro de guión, de los que dejan estupefacto: Sánchez anunció en los micrófonos de la Cadena SER que el Gobierno rebajará el IVA del gas del 21% al 5%. Era una propuesta que había formulado dos días antes Núñez Feijóo y que provocó –no se lo pierdan- una salida en tromba del Ejecutivo:
-- La ministra portavoz Pilar Rodríguez se lanzó directamente a la yugular. “Los que hacen este tipo de propuestas deberían escuchar cuáles son las prioridades del mundo”.
-- La titular de Ciencia Diana Morant también cargó las tintas y le pidió a Feijóo que se dejara “de populismo y demagogia” y presentara “medidas concretas para rebajar el consumo energético”.
-- El mismísimo ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ridiculizó la propuesta y aseguró que este desatino era debido a que el líder del PP tenía “sudores fríos” ante la cita de este martes en el Senado frente a Sánchez.
Al menos estos tres importantes miembros del Gobierno quedaron en ridículo sólo veinticuatro horas después, cuando su presidente los dejó a los pies de los caballos sin rubor alguno al asumir exactamente la propuesta denostada por ellos. ¿Por qué este repentino cambio de criterio? Quizás es que Pedro Sánchez no había pensado el movimiento… y a última hora se dio cuenta de que debía dejar a su oponente sin munición ante esa comparecencia en la Cámara Alta que ha despertado tanta expectación. Esa es la versión que circula en el PSOE.
Es decir, puro y simple cálculo político, estrategia partidista, una decisión dirigida únicamente a mayor gloria del jefe del Gobierno. Esa es la prioridad del presidente: permanecer el mayor tiempo posible en La Moncloa. Si para eso es preciso dejar en ridículo a varios ministros, pues se hace. Si eso supone renunciar a los propios principios, ningún problema. El interés de los españoles no es lo primero: lo primero es la salvación del soldado Sánchez. Eso lo justifica todo.
Por eso de Pedro Sánchez no se sabe si va o viene. Ni siquiera los suyos conocen su criterio sobre los asuntos más trascendentales. Porque les dice una cosa y poco después hace lo contrario. Porque se mueve, única y exclusivamente, por razones de rentabilidad política y esa realidad es cambiante. Lleva comportándose así desde que dirige los destinos de este país. Sucedió también hace unos meses con la bajada del IVA de la electricidad: que no, que no, que no… hasta que vio que era demasiada erosión en las encuestas y fue que sí. Pero los malos somos los periodistas, no lo olviden.
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