Javier Fumero

Al PSOE no lo va a reconocer ni la madre que lo parió

Pedro Sánchez presenta la campaña del PSOE para las elecciones generales de abril de 2019.
Pedro Sánchez presenta la campaña del PSOE para las elecciones generales de abril de 2019.

Empiezan a surgir en el PSOE voces críticas –insisto: de dentro del partido- que advierten del grave daño que puede suponer para el Partido Socialista la concesión del indulto a los políticos condenados en Cataluña por el 1-O. Emiliano García-Page (Castilla La-Mancha), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Javier Lambán (Aragón), Felipe González, Alfonso Guerra… han sido muy claros: nos podemos cargar el partido.

Por lo pronto, explican, el anuncio puede espantar al votante moderado. Se trata de un riesgo real y que preocupa, porque Podemos no siempre estará ahí: basta constatar lo que ha sucedido en Madrid. Además, el nacionalismo periférico es esencialmente interesado: que hoy te apoye no significa, ni mucho menos, que hayas consumado una boda hasta que la muerte os separe.

El PSOE puede quedar aislado si indigna a esos ciudadanos de centro que apoyaban, por ejemplo, a Ciudadanos. Las encuestas son muy reveladoras: todo el votante naranja es contrario a la concesión de esta medida de gracia a los condenados del procés que ni han mostrado arrepentimiento, ni son de avanzada edad, ni concurren a su favor razones de justicia, equidad o utilidad pública.

Moncloa sigue buscando el “relato” al que me refería el otro día. El propio Iván Redondo, como director del gabinete del presidente del Gobierno y principal asesor de comunicación de Moncloa, lanzó el jueves en el Congreso una propuesta: “Se necesita un liderazgo valiente, y en la vida y en la política a veces no hay solución fácil, pero siempre hay un camino”.

García Page no entiende este argumento. ¿Liderazgo valiente? Pedro Sánchez –explica- puede condenar políticamente a los que tomen la decisión pero también, añade, a la organización que lo sustenta, en alusión al Gobierno y al PSOE. Parafraseando a Alfonso Guerra, al PSOE no lo va a reconocer ni la madre que lo parió como esto siga por estos derroteros.

¿Cómo se explica esto? ¿Por qué correr este riesgo evidente? Yo tengo mis sospechas. Les cuento. Hace bastante tiempo escuché a una persona cercana al presidente del Gobierno explicar el plan de futuro personal que tiene Pedro Sánchez en la cabeza. Faltaría confirmar si, pasado este tiempo transcurrido (un par de años, aproximadamente), el líder socialista ha cambiado de opinión.

Sánchez alimenta, desde hace un tiempo, el sueño de saltar a la política europea. Es un plan de futuro, quizás a medio plazo, previsto como salida para cuando deba abandonar La Moncloa. Lo ha comentado a personas de su confianza en varias ocasiones. Presidente del Consejo, de la Comisión o del Parlamento Europeo: estaría cómodo en cualquiera de estos puestos de máximo nivel y se ve con opciones.

Lo ve factible por su trayectoria personal, por sus inclinaciones y aficiones. Ya ha conseguido una de sus metas personales, ser presidente del Gobierno de España, y esa espera que sea su segunda vida política: fuera de nuestro país. En ello lleva tiempo trabajando, ha tendido puentes, cerrado contactos y posibles aliados de futuro: hay que recordar su arranque en el primer Gobierno, con constantes viajes a Bruselas, Estrasburgo...

Si Pedro Sánchez tiene en la cabeza esta opción, quizás se vea liberado para hacer apuestas de este tipo, tan arriesgadas. Su futuro no pasa por seguir en España.

 

Más en twitter: @javierfumero

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