Javier Fumero

El punto cínico de Pablo Iglesias

Estoy leyendo estos días un interesante libro titulado: “Podemos. Deconstruyendo a Pablo Iglesias”. Se trata de una obra coordinada por el periodista John Müller y editada por Deusto, que intenta explicar qué hay detrás de la mayor sorpresa electoral de los últimos años. Estoy encontrando algunas pistas bastante interesantes.

Para empezar, me ha llamado la atención conocer algunas declaraciones realizadas por Pablo Iglesias antes de alcanzar su fama y reconocimiento general. Concretamente, hay una intervención bastante sugerente relacionada con su presencia en los debates televisivos.

Se trata de un artículo publicado en su blog el 21 de noviembre de 2013 y titulado: “Por qué voy a los medios”.

Para Iglesias, los programas de televisión “muchas veces son un circo”. Y confiesa:

-- “Pienso en el cinismo que tengo que mantener allí, como ayer mismo debatiendo con Esperanza Aguirre. Y me come la rabia al no poderme quitar de encima la sensación de que Aguirre se escapó viva del debate, de que pude haberlo hecho mucho mejor ayer”.

Concluye, aportando una clave más:

-- “Pienso en las conversaciones cordiales que tengo que mantener con gente que no me gusta porque los medios tienen sus reglas y hay que cumplirlas”.

El líder de Podemos admite así, a las claras, que no cree en los debates. Él ha interiorizado sus apariciones en las tertulias televisivas como un ‘mal menor’: hay que pasar por ese aro pero, si pudiera, se evitaría el trabajo de exponer sus razones, de contrastar sus propuestas con los rivales.

No cree en las conversaciones cordiales en televisión. Simplemente, las soporta. No considera que contraponer ideas enriquece. Acudir al plató es un juego, una pose, una careta... que se ahorraría si pudiera. Pablo Iglesias interpreta un papel por simple conveniencia. Es puro cinismo. Si pudiera, se ahorraría el mal trago; si pudiera, haría las cosas de otra manera.

 

Entonces, me ha venido a la cabeza lo sucedido recientemente con tres medios de comunicación de Venezuela, país que Pablo Iglesias admira y en el que se inspira.

Hoy, tres medios críticos con el régimen de Maduro han sido silenciados en sus críticas al Gobierno tras cambiar de manos: el canal Globovisión, la Cadena Capriles y el periódico ‘El Universal’. Hace sólo unos días, 26 articulistas de este último diario renunciaron a seguir publicando sus colaboraciones tras denunciar censuras y presiones.

Todavía recuerdo las declaraciones que realizaba Hugo Chávez, cuando era un candidato más a la presidencia del país, confirmando su apuesta por la democracia y la libertad.

Más en twitter: @javierfumero

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