Qué increíble esto de Pedro Sánchez, ¿será verdad?

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Me parece que estamos en un momento de la historia de España especialmente importante. Me pongo así de solemne porque lo pienso de verdad. Nunca antes, como hasta ahora, se habían desplegado desde el Congreso desafíos tan relevantes sobre cuestiones tan esenciales para el país. Y todo esto sucede, curiosamente, mientras dirige la nave un presidente sin credibilidad alguna.

Ya lo he dicho en alguna otra ocasión: este tema de la veracidad es clave para el orden social. Para mi profesión, la de periodista, también es vital. Pero afecta a todos los órdenes de la convivencia. Sin confianza no es posible forjar una sociedad sana. Si no puedo confiar en que mi jefe me pagará el salario a final de mes, que todos respetarán el semáforo cuando esté en rojo, que la policía trabaja para detener a los malos o que el banco me devolverá el dinero que ingreso sería… la anarquía, el caos. Si jueces, médicos, policías, militares, banqueros, vendedores, repartidores… decidieran por sistema mentir, engañar, faltar a la palabra dada, sería la ruina social.

También en Periodismo. Para un profesional de la información, que tiene como misión describir la realidad y ofrecer a los ciudadanos las claves de lo que pasa, su credibilidad es lo más sagrado que ostenta. Cuesta años conseguirla, pero se puede perder en sólo unos segundos. Lo peor que le puede pasar a un medio de comunicación es que alguien diga: “qué noticia más interesante, pero ¿será verdad?” En ese momento, esa cabecera está muerta. Porque la gente no tiene tiempo que perder. Si percibe que le engañan, no vuelve. Y ese medio se quedará sólo con un puñado de seguidores fanáticos que no quieren la verdad sino su verdad: una auténtica sociedad limitada, con escaso recorrido y la patitas muy cortas.

Pues lo mismo sucede, a mi modo de ver, en la Política. Si un presidente ha perdido la credibilidad está muerto. Tarde o temprano saltará por los aires. Es una situación insostenible. Fíjense en lo que sucede estos días: Pedro Sánchez ha cruzado varias fronteras que juró y perjuró que nunca rebasaría. ¿Consecuencia? Hay miles de comentarios por redes sociales de españoles que ya razonan así: “se está planteando abiertamente un nuevo referéndum de autodeterminación en Cataluña (al que se le cambiará el nombre eufemísticamente para llamarlo “consulta”) y Pedro Sánchez está diciendo que eso jamás; pues está claro: esa iniciativa saldrá adelante, sin ningún género de duda”. Pum.

¿Qué sucede? Que el presidente no es fiable. Basta ver el vídeo de un minuto y diez segundos (no más) que está circulando con sus principales mentiras y el día, fecha y hora en la que pronunció esas afirmaciones. Es sólo una colección de sus ‘grandes éxitos’, pero impresiona: jamás aprobaré indultos por motivos políticos (2019), el 1-O en Cataluña hubo un delito de rebelión y sedición en Cataluña y los acusados cumplirán las penas (2016), traeré de vuelta a España a Puigdemont para que rinda cuentas ante la justicia (2019), jamás de los jamases pactaré con Bildu (2015, 2019), no voy a permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas (2016), no podría dormir por la noche si llego a un pacto para gobernar en coalición con Podemos (2019), incorporaré al Código Penal un nuevo delito para prohibir, de una vez por todas, la celebración de referéndums ilegales en Cataluña como ha ocurrido cuando gobernaba el Partido Popular (2019)… Chimpum.

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