Javier Fumero

Ojo a lo que hay que tragar

El rey de Marruecos, Mohamed VI, en una foto de archivo.
El rey de Marruecos, Mohamed VI, en una foto de archivo.

El socialista Juan Fernando López Aguilar ha resucitado. Prometo que no había oído hablar de él desde hace muchos años, como si se lo hubiera tragado la tierra. Pero no. Está vivo y coleando… en Bruselas, como eurodiputado. No le conozco una iniciativa desde que está allí, pero acaba de ocupar espacio en la prensa española tras una intervención desde Tenerife donde nos ha recordado que estamos enfocando mal la cuestión de Marruecos a la que me referí el otro día: debemos tragar.

Preguntado sobre las relaciones de Marruecos con Europa y España, ha subrayado que “si hay que tragar saliva y sapos, se tragan, porque es un vecino estratégico”. Y se explicó:

-- “Marruecos es un socio estratégico para la UE y para España. Esto no se puede ignorar y siendo conscientes de esto, no podemos ofender a nuestro vecino; esto se hace a diario en la vida cotidiana”. Un discurso “despiadado contra Marruecos”, como está haciendo la Unión Europea, “tendrá consecuencias. Y no serán buenas para nosotros”. Por eso insistió en que, si hay que tragar “sapos, se tragan”. “¿Nos podemos permitir tener palabras faltonas con nuestro vecino a una semana de la primera Cumbre hispano-marroquí en 10 años?”. “Con Marruecos hay mucho que hablar, pero hay que tener los pies en el suelo. Merece la pena tragar, porque despacharnos ahora es insensato e irresponsable”.

Ojo: “palabras faltonas” y discurso “despiadado” es reprobar públicamente una presunta operación marroquí en el Parlamento Europeo para la compra de votos y la obtención de pareceres favorables a este país que se está investigando en estos momentos y tiene a una vicepresidenta del organismo en la cárcel.

A mi todo este discurso no hace sino multiplicarme las preguntas. Me extraña tanta sumisión. No entiendo que un partido como el PSOE, siempre tan afín a las reclamaciones saharauis, haya pasado tan fácilmente de apoyar la causa del más débil a apostar por Mohamed VI. Además, las palabras de López Aguilar son muy elocuentes. Solo te tragas un sapo… si lo hay. Es decir, que los socialistas admiten que es preciso pasar por alto un mal. Pero sólo después de realizar un balance de daños que sale muy negativo, lo recomendable es optar por estarse callado. Como en este caso.

Por eso pienso que aquí hay gato encerrado. No se nos está contando todo. Y en este contexto, cobra especial protagonismo aquella noticia que desveló el diario británico The Guardian en mayo del pasado año: un informe sobre el programa Pegasus apuntaba a Marruecos como posible autor del espionaje a más de 200 móviles españoles que habrían sido seleccionados como objetivos de vigilancia por parte de un cliente de la compañía israelí NSO Group.

Entre esos teléfonos interceptados estaban los dispositivos del presidente Pedro Sánchez y de la ministra de Defensa Margarita Robles, entre otros. Según aquella noticia, las intrusiones se produjeron en plena crisis diplomática de España con el reino alauita tras la hospitalización del líder del Polisario en nuestro país y la posterior entrada masiva de inmigrantes por Melilla.

Hay que tragar… si Marruecos puede hacer daño a este gobierno con la información que maneja. Hay que tragar si la seguridad nacional está en peligro por la posible filtración de secretos inconfesables de nuestros dirigentes. Hay que tragar si puede saltar a la opinión pública un escándalo que ponga en riesgo la estabilidad del Ejecutivo PSOE-Unidas Podemos en el poder. En esos casos, habría que tragar, de acuerdo. Pero España debería estar informada.

Más en twitter: @javierfumero

 
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