Javier Fumero

La resurrección de José Blanco

José Blanco en un Comité Federal de 2014
José Blanco en un Comité Federal del PSOE en 2014

Las vueltas que da la vida. Muchas. De hecho, tantas… que deberíamos tener más paciencia cuando vienen mal dadas. Porque, con el tiempo, se puede lograr una resurrección. Que se lo digan al mismísimo José Blanco.

El ex ministro socialista tuvo mucho mando en plaza durante los años de Zapatero. ¿Se acuerdan? Además de manejar el abundante presupuesto del Ministerio de Fomento, estuvo mucho tiempo al frente del propio Partido Socialista. Movió hilos, pisó área, tuvo algunos momentos de gloria, hizo y deshizo a su antojo…

Con Alfredo Pérez Rubalcaba, que en paz descanse, organizó algunas operaciones de campeonato. El primero desde la vicepresidencia y el segundo como portavoz del Ejecutivo y titular de Fomento montaron, por ejemplo, la defenestración de María Teresa Fernández de la Vega. Entre los dos, se cobraron esa pieza con la anuencia del amado líder ZP. Qué tiempos.

Pero cuando Rubalcaba se convirtió en candidato del PSOE, la estrella de José Blanco empezó a menguar. Por orden expresa de su antiguo compinche fue apartado de la campaña electoral para las generales de 2011. La elegida fue Elena Valenciano. Blanco se resistió y de qué manera. Intentó incluso, a la desesperada, incluir en el equipo electoral a una persona de su total confianza, como Oscar López. Pero fue en vano: con mucha mano izquierda, Rubalcaba dijo que no a Pepe Blanco y dijo que no a Oscar López.

Unos meses después, llegó la puntilla en forma de filtración. Así nació el mediático ‘caso Campeón’, con sus primos, con sus subvenciones irregulares a cambio de comisiones, con sus gasolineras, con su olor a merdè impregnándolo todo, con su camisita y su canesú. No quedó ahí la cosa porque, poco después, saltó el asunto de las comprometedoras fotos en una fiesta privada en su chalet de Las Rozas, en Madrid.

Quizás por todo ese berenjenal se frustró su regreso político a Galicia, donde pretendía disputar a Alberto Núñez Feijóo la presidencia de la Xunta. Nada. No hubo manera. Fue condenado al ostracismo.

Pero ha pasado el tiempo y ahora, casi diez años después, dos de sus más estrechos colaboradores (el citado Óscar López, jefe de gabinete, y Antonio Hernando, número dos de esa misma oficina) están pisando moqueta en La Moncloa, muy cerca del presidente Pedro Sánchez.

Las vueltas que da la vida.

Más en twitter: @javierfumero

 
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