Javier Fumero

Y de repente, una chispa política de esperanza

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El llamado Ingreso Mínimo Vital ha sido aprobado con amplia mayoría parlamentaria gracias a un acuerdo de gran calado

Es posible. A pesar de este nivel de ruido, de tantos insultos, del alto grado de crispación que se percibe cada semana en el parlamento español, el consenso entre fuerzas políticas tan dispares es posible en algunos temas.

El Congreso aprobó este miércoles, sin ningún voto en contra (297 votos a favor, 52 abstenciones), el decreto del llamado Ingreso Mínimo Vital, que garantiza una paga a las familias vulnerables que oscilará entre los 462 euros y los 1.015 euros mensuales.

Es importante subrayar lo de este primer acuerdo prácticamente unánime, aunque parezca una situación excepcional. Primero, por salud mental. Lo que nos pide el cuerpo es destacar siempre lo negativo, lo que no va, lo que falta, las carencias, los errores y los fallos.

Las cosas que van bien las damos habitualmente por sabidas, por obvias, incluso por debidas, conocidas y disfrutadas. Las buenas noticias nos duran en la boca unos pocos segundos, no nos detenemos apenas a saborearlas. Pero como nos ha enseñado el confinamiento, nos conviene pararnos más veces a valorar las cosas buenas que tenemos: una casa, un amigo, agua corriente, luz y teléfono, un servicio de basuras, la capacidad de ver... Lo contrario nos acaba nublando precisamente la vista, nos desenfoca la visión y nos equivocamos en los juicios.

Por eso, detengámonos un poco a poner en valor lo sucedido. El llamado Ingreso Mínimo Vital ha sido aprobado con amplia mayoría parlamentaria. Todos los grupos han dicho “sí”, menos Vox que se ha abstenido.

PP y Ciudadanos han logrado que se tramite como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia, lo que permitirá plantear enmiendas, añadir matices. Vox que se opuso a la medida por el riesgo de provocar un efecto de llamada parece haber valorado más las ventajas que los inconvenientes.

Todos han cedido… ¡y no ha pasado nada! El Gobierno de coalición, porque se ha mostrado abierto a incluir enmiendas. El mérito aquí lo tiene Pablo Iglesias (que ha podido montar un berrinche para liderar esta batalla) y el ministro José Luis Escrivá, que sale reforzado de esta negociación: ha demostrado talante y talento para tejer acuerdos, algo muy importante.

PP, Ciudadanos, ERC y PNV han sido conscientes de que el Ejecutivo se coloca una medalla pero han visto más relevante dar a los ciudadanos más vulnerables este apoyo. Y eso les honra. Vox también ha evitado la pataleta, el tirarse al monte, y se ha mostrado razonable.

Insisto. Sobre estos mimbres se pueden empezar a tejer acuerdos de Estado sobre temas muy relevantes. Ya estamos tardando.

 

Más en twitter: @javierfumero

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