Javier Fumero

El señor de la hamaca tenía razón

Elena Valenciano se ha quedado afónica. No hemos empezado la campaña electoral y ya parece gripada, sin fuelle, plana. No lo digo yo. Lo atestiguan los ‘trackings’, esos sondeos fugaces que encargan estos días los partidos para seguir la dinámica de la opinión pública y los cambios en la intención de voto unas semanas antes de la votación.

En Moncloa hay quien afirma que todo es mérito de Mariano Rajoy. El PP tardó en designar a su candidato, Miguel Arias Cañete, precisamente para dejar a la Valenciano sin contrincante. Y la mujer se pasó varias semanas de acá para allá, sin saber muy bien a qué atizarle, un poco grogui y atolondrada.

Según esta tesis, el señor de la hamaca ha vuelto a tener razón.

Rajoy siempre ha dado una imagen más bien mortecina, gris, sin brillo. El líder del PP ha sido atacado sin piedad desde la izquierda, acusado de ser un personaje soso, previsible, falto de carisma y determinación. Esto se salpimentaba con inquietantes datos de una biografía de la pachorra: provenía de un ‘dedazo’, había sido derrotado en las dos citas con las urnas a las que se había presentado y parecía ser un hombre sin ‘baraka’.

Pero el PSOE y sus terminales mediáticos dieron incluso un paso más. Empezaron a dejar caer que Rajoy era también un poco vago. Llevaba dos años tumbado en la hamaca a la espera de que el PSOE dejara él solito el poder, se guisara en su propia salsa de la crisis y, sin sufrir el menor desgaste, le hicieran sitio en La Moncloa. Parecía como si quisiera llegar al Gobierno en parihuelas, vamos.

Rubalcaba y sus huestes insistían: a Rajoy le falta arrojo, ambición, determinación, energía, voluntad. No es un animal político comparable a Felipe González y compañía.

Pues bien. Va pasando el tiempo. Y en algunos desafíos, el mortecino Rajoy va saliendo bien parado: España no ha tenido que pedir el rescate; el desafío independentista de Artur Mas va perdiendo gas sin que se haya producido un choque de trenes con Madrid; Luis Bárcenas va saliendo del ‘prime time’ de la opinión pública; el Gobierno ha logrado domesticar a la prensa nacional como ningún presidente en democracia lo había logrado en nuestro país; y ahora, parece que el PP va camino de ganar hasta las elecciones europeas.

Todo ello, desde la hamaca. Manda narices.

Más en twitter: @javierfumero

 
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