Javier Fumero

La señora de Aznar

Ana Botella se va. Acaba de anunciar que renuncia a ser candidata a la alcaldía de Madrid. Lo desveló este martes en una rueda de prensa que convocó de forma urgente y sin preguntas en el salón institucional del Palacio de Cibeles de la capital.

Botella ha explicado que el presidente de su partido y del Gobierno, Mariano Rajoy, conocía su decisión desde esa mañana y que el anuncio lo ha hecho con el “sentir del deber cumplido”.

Todavía recuerdo el rifirrafe que se produjo hace dos años en un pleno municipal cuando Gabriel Calles, concejal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, se dirigió a la alcaldesa hasta en dos ocasiones llamándola “señora de Aznar”. Al final, el propio concejal, pidió disculpas a Ana Botella y solicitó que sus palabras no fueran recogidas en el diario de sesiones.

Traigo aquí este sucedido por un motivo.

Pienso que Ana Botella no iba a ser nunca la candidata del PP para las próximas elecciones y ella lo sabe. Gestionó de forma deplorable la tragedia del Madrid Arena y a partir de ahí, todo han sido dificultades y problemas.

No testificó en la comisión municipal, permitió declaraciones precipitadas, informes ocultos que vieron finalmente la luz, se conocieron amigos que sólo parecían conocidos y se han demostrado colegas, hubo SMS propios de compinches... y se conoció hasta un atolondrado viaje a Portugal a un Spa de lujo. Un auténtico desastre.

Sin embargo, pienso que el propio José María Aznar le ha hecho un flaco favor a su señora. Desde que Aznar concedió aquella explosiva entrevista a Gloria Lomana en Antena 3 –hablamos de mayo de 2013- en la que el ex presidente arremetió contra Rajoy, su ejecutoria y su gobierno, la pareja rompió cualquier vínculo con quien único podía salvarle.

El señor Aznar decidió quemar las naves y se la jugó a una carta. Dejó expuesta a su mujer que, a partir de ese momento, se quedó sola. Debía demostrar, sin apoyo alguno, que era capaz de conquistar el favor de los electores con un buen gobierno de la capital.

Y no ha sido así. En el camino han quedado muchas y graves heridas: el fiasco (compartido) de Eurovegas, el fracaso de las Olimpiadas Madrid 2020 y aquel “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor”, la huelga de las basuras, el examen a los músicos callejeros, los árboles enfermos de Madrid...

 

Más en twitter: @javierfumero

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