Javier Fumero

Silencio Cospedal

Pablo Casado y María Dolores de Cospedal
Pablo Casado y María Dolores de Cospedal

Es lo que tiene la corrupción: como se trata de una sustancia pringosa, sucia y adherente no es posible librarse de ella fácilmente. De ahí la incomodidad de Pablo Casado ahora con la ‘Kitchen’ (complot policial, espionaje y cloacas del Estado) y la imputación de María Dolores de Cospedal que se venía anunciando desde hace meses.

Pero la realidad es que la tormenta sobre el PP no va a escampar. El Partido Popular tiene materia judicial de sobra por juzgar de aquí en adelante. Como para aburrirse. El listado anuncia, de hecho, una eterna y tortuosa travesía del desierto: el caso sobre la financiación ilegal del PP (caja b y los papeles de Bárcenas), los casos de Boadilla (negocios de Correa) y de Arganda del Rey (adjudicación de terrenos), el caso Púnica (con Ignacio González y Francisco Granados), el caso Lezo (Canal de Isabel II)…

La noticia sobre la imputación de Cospedal y su marido ha llegado en un mal momento. No en el peor –¿se imaginan que se hubiera anunciado en plena campaña del 4-M en Madrid?- pero sí cuando el PP estaba en claro ascenso, lanzaba el mensaje de un cambio de ciclo político en España y se disponía a protagonizar una durísima ofensiva contra los indultos que Pedro Sánchez planea conceder a los políticos catalanes en prisión.

La frustración es enorme y, quizás por eso, la reacción del líder ‘popular’ este jueves ha sido optar por el silencio. A las preguntas de varios periodistas durante un acto público en Ceuta ha respondido:

-- “Hace cuatro meses dije que no iba a hablar de cuestiones que no tienen nada que ver con mi responsabilidad como presidente del PP. Mi compromiso con los valores que representa el PP siempre han estado vinculados a hablar de lo que a mí me corresponde valorar. No puedo responder nada más”.

¿En serio? ¿No hablar es lo mejor? ¿Seguirá supurando por la herida durante los próximos meses si la Justicia logra ir probando delitos cometidos por antiguos miembros del PP?

No parece muy razonable, ni la mejor respuesta a algo tan grave. De acuerdo que Pablo Casado no forma parte de ese Partido Popular ahora en entredicho, pero él representa en estos momentos a esta formación política. Gestiona su legado. Algo tendrá que decir. Tiene que arar con estos bueyes, dar la cara y seguir manifestando su compromiso para terminar con este tipo de comportamientos. Vamos, que no va a ser suficiente con cambiar de sede.

Los ciudadanos no llevan muy bien que nuestros dirigentes escurran el bulto. ¿A qué le tienen miedo?, se preguntan. ¿Está pagando Pablo Casado algún precio? Me refiero a esa hipótesis que está circulando. Casado estaría evitando pronunciarse sobre Cospedal y negándose a abrirle expediente, como dictan los estatutos del partido, porque fue ella la que facilitó su victoria en las primarias: perdió ante él e inmediatamente pidió a los suyos que apoyarán a Casado contra su rival Soraya Sáenz de Santamaría.

Es lo que tiene el silencio, que favorece las especulaciones. No es que hablar espante todas las sospechas pero se ofrece a la opinión pública tu versión, tus argumentos, tus explicaciones. Llenas el terreno de juego también con tu punto de vista. En caso contrario, dejas libre la cancha a los que no te quieren bien.

 

Más en twitter: @javierfumero

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