Javier Fumero

Los socialistas van a terminar haciéndose daño

Basta echar un vistazo a las primeras reacciones realizadas el día después de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE para constatar una cosa: a los socialistas no se les ha pasado el berrinche. Estas heridas van a tardar en cicatrizar.

Una de las declaraciones que más me ha llamado la atención es la de Adriana Lastra, diputada socialista y estrecha colaboradora del secretario general electo Pedro Sánchez. Su nombre ha sonado incluso en las últimas horas como posible nueva portavoz en el Congreso. Es decir, forma parte del equipo más cercano al líder y se le supone la prudencia y la sensatez que demanda ese cargo.

Pues bien. Lastra se ha estrenado este lunes sacando el lanzallamas. Ha pedido a los barones que apoyaron a Susana Díaz que se disculpen ante la militancia, porque en todos esos territorios ha quedado claro que los afiliados han estado en contra de lo que hicieron en los últimos meses.

-- “Ha sido una lección ejemplar para muchos de esos barones, porque dejaron de representar a sus militantes. Lo que ayer les dijeron fue, compañeros, o volvéis a representarnos o vais a dejar de hacerlo. Esa es la lección, o empiezan a representar bien a sus compañeros o van a dejar de hacerlo”, ha reiterado durante una entrevista en Onda Cero.

Y añadió:

-- “No sé qué precio tienen que pagar, pero sí pediría que pidieran disculpas a la militancia”.

Se refería, efectivamente, a los líderes socialistas de Castilla-La Mancha (Emiliano García Page), Extremadura (Guillermo Fernández Vara), Aragón (Javier Lambán), Comunidad Valenciana (Ximo Puig) y su propia comunidad, Asturias (Javier Fernández).

Toma ya.

Sólo le ha faltado gritar, como la Reina Roja de ‘Alicia en el país de las maravillas’, aquello de: ¡que les corten la cabeza!

 

La reacción de Lastra se entiende. El equipo de Pedro Sánchez lleva meses sufriendo desplantes, improperios, ninguneos, desprecios… Ahora que todo ha pasado y la militancia les ha respaldado de forma abrumadora a alguno se le hincha la vena y no puede contenerse.

Sin embargo, Pedro Sánchez haría bien en pedir sosiego a los suyos. Le toca coser el partido. Y eso se logra con mano izquierda, magnanimidad y amplitud de miras. No con guillotinas.

Más en twitter: @javierfumero

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