¡Son muertos, no manzanas!

Intolerable. No hay otro modo de calificar lo que está pasando con el extraño baile del número de fallecidos por coronavirus. Esto se debe gestionar de otra manera.

El Ministerio de Sanidad ha decidido realizar ahora una revisión de la serie histórica de muertos por la COVID-19. El lunes anunció una caída de 2.000 decesos y este martes ha elevado a 27.117 los fallecidos totales. Son 283 más que el lunes pese a que el ministerio cifra los muertos en la última semana en 35.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha explicado que también se ha ajustado la cifra total de contagios: el lunes eran 235.400 y el martes pasaron a 236.259, es decir, 800 más a pesar de que Sanidad solo ha informado de que en las últimas 24 horas se han diagnosticado 194 personas.

Vaya caos, originado, como digo, por esta decisión sorpresa del ministerio de revisar los datos para “corregir las series, eliminar duplicidades y fallecidos no confirmados”.

¿Se dan cuenta? Errores en los recuentos. Y ¿qué más? ¿Se han diagnosticado bien los decesos? ¿Se han perdido cadáveres? ¿Se han tratado como contagiados a pacientes sin el virus? Y al revés: ¿se han tratado como enfermos corrientes a infectados de coronavirus? ¿Explica esto último el alto número de sanitarios afectados por la epidemia?

Este Gobierno no ha gestionado bien esta delicada materia. Me imagino que los científicos habrán insistido en la importancia de acertar con los números. Pero quizás olvidan que hablamos de personas, de seres humanos. no de manzanas. Este baile es especialmente dramático.

Nadie va a devolver a las familias a sus seres queridos. Por eso la reacción de algunos afectados ha sido tan impactante: ¿hay menos muertos? ¿es que mi padre no murió? ¿de qué están hablando? ¿lo mío no es real? ¿qué es esta confusión?

Tremendo.

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