Javier Fumero

Lo de Susana Díaz es un sinvivir

Susana Díaz y Pedro Sánchez.
Susana Díaz y Pedro Sánchez.

La Fundación del Español Urgente traduce la palabra “sinvivir” como un estado de angustia que hace vivir con intranquilidad a quien lo sufre. Me parece una definición perfecta para lo que debe estar pasando Susana Díaz desde el pasado mes de diciembre.

Aquel fatídico mes, los socialistas andaluces se llevaron una sorpresa morrocotuda. Un partido hasta aquel momento residual, Vox, irrumpió con fuerza inusitada en el parlamento andaluz. Ninguno lo vio venir, nadie supo contrarrestar aquella marea verde que provocó el tsunami imposible.

Los doce diputados autonómicos de Santiago Abascal hicieron posible que Susana Díaz experimentara en carne propia lo que es ganar unas elecciones y no poder formar gobierno. Javier Arenas le pudo explicar lo que se siente tras haberlo vivido personalmente en el año 2012: en aquella ocasión, por primera vez en treinta años, el PP ganó en Andalucía... para nada; gobernó el PSOE con el apoyo de Izquierda Unida.

En ese momento comenzaron las angustias para la lideresa. Pedro Sánchez ya la tenía entre ceja y ceja. Sabe que es un enemigo peligroso y pretende hacerla a un lado para colocar a sus peones en la región donde el PSOE ha logrado más apoyos tradicionalmente. Por eso le ha hecho varias ofertas para que se haga un lado: le ofreció ir en la lista de las Europeas, le ofreció un puesto en el Senado... En vano. Susana se ha enrocado en Sevilla y de allí no se quiere mover.

Hace unos días trascendió un encuentro privado en Moncloa entre Pedro Sánchez y Susana, horas después de que concluyeran las elecciones municipales y autonómicas. Se ha contado que allí se pudo producir un nuevo ofrecimiento: un puesto en el consejo de ministros. No está claro que algo así se haya producido. Pero indica el nivel de presión que existe desde Ferraz sobre la ex presidente de la Junta.

Mientras tanto, Susana ha ganado tiempo. A cambio de dos años de paz al frente del PSOE regional, ha accedido a que los fontaneros del presidente tengan mano libre sobre las diputaciones provinciales. Susana considera que ese tiempo es vital porque, a su modo de ver, el reloj juega a su favor. 

Susana entiende que el nuevo ejecutivo andaluz, integrado por PP y Ciudadanos, más el apoyo de Vox, es altamente inestable. No va a durar. Saltará por los aires en pocos meses. En ese momento, ella estará lista para intentar un nuevo asalto a la Junta mediante la conquista de una nueva mayoría absoluta que la blinde como intocable ‘baronesa’ socialista. 

No parece mala jugada. Sin embargo, antes de que algo así suceda, se tienen que dar varias circunstancias. Y siempre bajo la atenta mirada del macho alfa, instalado en La Moncloa, deseoso de cobrarse esta pieza al menor síntoma de debilidad. Lo dicho: un sinvivir.

Más en Twitter: @javierfumero

 
Portada
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato