Javier Fumero

Vacúname despacio que tengo prisa

Dosis de la nueva vacuna que han elaborado en China
Dosis de la nueva vacuna que han elaborado en China

La vacuna, la vacuna, la vacuna. Nadie duda en estos momentos que contar con el antídoto al Covid-19 es crucial para la salida de esta crisis sanitaria. Urge lograr esa inmunidad de rebaño que acabe con esta situación de parálisis, miedo, muerte y asfixia (vital y económica). Por eso hay que denunciar los errores cometidos por quienes debían organizarlo todo.

Ahora estamos conociendo que los contratos firmados por la Unión Europea con las farmacéuticas no están bien redactados. Se ha pecado de inexperiencia. No se contó con expertos en la materia y de aquellos polvos, estos lodos.

Las empresas son, por su propia forma de ser, interesadas. Quieren ganar dinero y cuanto más, mejor. Van a lo suyo: la rentabilidad. Ninguno se va a mover en una dirección si no percibe un beneficio económico. Se les puede exigir una cierta responsabilidad social, un deber hacia la sociedad. Claro que sí. Pero si alguien puede ganar más dinero, lo va a intentar. Ellos han descubierto las patentes, se lo han ganado.

¿Es esto el capitalismo salvaje? Yo no lo tengo tan claro. No estamos hablando de abuso de poder, de políticas destinadas a la concertación de precios, de explotación de empleados, de casos de corrupción, de desvío de fondos para no tributar… A cualquiera de estas cosas las llamo yo capitalismo salvaje. Pero no es el caso. Simplemente, las empresas no son ONG movidas por el altruismo. Además, no creo que la esencia del problema –la falta de dosis para hacer frente a esta emergencia- sea este.

Entiendo que estamos como estamos, como ya he dejado caer más arriba, porque nuestros gobernantes no han hecho bien los deberes. Probablemente por dos motivos: a) Por falta de experiencia: estamos ante un suceso de dimensiones desconocidas y sin apenas precedentes; y b) Por las prisas: se ha actuado de forma atolondrada, con cierto atropello que ha dado pie a chapuzas que ahora salen a la luz.

De ahí que aquí venga muy bien el dicho: vísteme despacio que tengo prisa. A veces conviene emplear un poco más de tiempo en los prolegómenos, para lograr que el experimento salga bien. Les pongo un ejemplo. Hay expertos asegurando que la Unión Europea falló en los acuerdos sellados con las farmacéuticas: “Todos los contratos deberían incluir un sistema de primas por entrega rápida y penalizaciones si no se cumple con el calendario. El mundo de los negocios funciona así”.

Es la valoración que ha hecho para El Mundo el presidente de la Federación Mundial de Finanzas, Clemes Fuest. En esta dirección, Fuest sugiere ahora dotar de incentivos extra a los fabricantes de vacunas ya aprobadas para que les merezca la pena dar licencias de producción sobre sus antídotos a empresas de la competencia. Y multiplicar la fabricación.

Yo no tengo dudas de que se van a cerrar acuerdos en esta dirección. No tengo ninguna duda. Hay mucho en juego para mucha gente. A todos les interesa lograr en el mundo entero (no sólo en sus territorios) la anhelada inmunidad de rebaño. Además, hay capacidad y talento para hacerlo. Así que en unos meses habrá una vacunación masiva. Pero tampoco es mala idea tomar nota de lo sucedido y aprender de los errores: es preciso asesorarse mejor y no precipitarse.

Más en twitter: @javierfumero

 
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