Javier Fumero

Ya vino el Rey: pasemos a otra cosa

Juan Carlos en Zarzuela.
El Rey Juan Carlos sale de la Zarzuela rumbo al aeropuerto para regresar a Abu Dabi

El Rey Juan Carlos ha regresado fugazmente a España, en un viaje de fin de semana y un día, para estar con sus amigos en Sanxenxo y despachar durante el lunes en Zarzuela. Se ha montado una buena pelotera sobre la conveniencia o no de regresar al país, sobre si debía pedir disculpas públicas o no (no lo hizo), sobre si debía optar por un perfil más bajo (como si eso fuera posible)…

Me parece haber escuchado que los especiales de televisión sobre el emérito en Galicia no han funcionado en audiencia como se esperaba. Si esto ha sido así, recuerdo que algo parecido sucedió con la cobertura periodística dedicada semanas atrás al ‘caso Pegasus’: el espionaje a través de ese programa informático que hackeó los teléfonos móviles de independentistas y altas autoridades del Estado (presidente del Gobierno incluido). Me parece relevante.

Esto quiere decir, atención, que se agranda la distancia que separa a la clase política y periodística de los ciudadanos. A los primeros nos parecen trascendentales unos temas, unos hechos, que a la gente de la calle no le parecen tan importantes, directamente le aburren o al menos los consideran alejados de sus problemas reales (que los tienen y graves).

En el caso del Rey Juan Carlos soy de la opinión de que el asunto no da para mucho más. Creo que el emérito tiene derecho a regresar a España cuando quiera, una vez que se ha quitado de en medio y establecido su residencia habitual fuera del país. Es algo que no le negaríamos a nadie, ¿por qué sí a don Juan Carlos? ¿Para no molestar a los anti monárquicos que hay en el país? Esos ya están incómodos en cualquier caso. Me parece una majadería.

Sea de ello lo que fuere, lo que ha provocado automáticamente este viaje galaico es que se empiece a normalizar la situación. Las siguientes paradas en España del rey emérito (se anuncia otra para dentro de un par de semanas, sin ir más lejos) tendrán menos impacto. Porque se ha perdido el factor de la novedad. Habrá algunas cámaras, un puñado de comentarios y la atención disminuirá progresivamente.

Habría que ir pasando a otras cosas. Por ejemplo, a los problemas reales de la gente.

Más en twitter: @javierfumero

 
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