Voto prestado

Isabel Díaz Ayuso, en el centro, celebra su victoria en las elecciones de la Comunidad de Madrid (Foto: Europa Press).

Me parece muy interesante el primer titular que ha dejado Isabel Díaz Ayuso tras la aplastante victoria del Partido Popular en las elecciones de Madrid: “Soy consciente de que tengo mucho voto prestado. Tendremos que analizar que nos hayan votado de todas las zonas de la comunidad, de muchas ideologías y muchos jóvenes”.

La presidenta admite que le costó conciliar el sueño el martes por la noche: “Me acosté sobre las 2 o 3 de la mañana y me ha costado muchísimo conciliar el sueño porque había tanto que asimilar…”. Insisto. Esta reflexión sobre la victoria que ha hecho Ayuso me parece muy valiosa y, para empezar, la distingue de esas otras reacciones surrealistas que se han escuchado estos días.

Me refiero por ejemplo al insulto de Juan Carlos Monedero a los votantes del PP (los ha llamado directamente “gilipollas”), al juicio de Edmundo Bal sobre la equivocación de los madrileños al votar o al exabrupto de Carmen Calvo sobre el nazismo y los populares. Esas frases perseguirán a sus autores durante una larga temporada y si no rectifican, les llevarán a un análisis incorrecto sobre lo sucedido y no podrán salir del error en el que están. Ellos sabrán, que ya son mayorcitos.

Pero insisto con Ayuso. Ella no se ha dejado llevar por la euforia, algo que hubiera sido tan natural después de este excepcional resultado tras un año de solitaria guerra contra Moncloa. No. Empieza subrayando que no se puede engañar: vive de prestado. Efectivamente, los datos confirman, como ha recogido Kiko Llaneras en El País, que Ayuso ha logrado seducir transversalmente a votantes de otros partidos:

-- En barrios pobres de la capital, la derecha ha subido y se ha acercado mucho al 50% de los votos totales. En barrios de rentas medias ha superado esa cifra y ha arrasado en los vecindarios más ricos, donde logró 3 de cada 4 votos. La derecha ha ganado en varios distritos que en 2019 se llevó la izquierda, en zonas del llamado “cinturón rojo” de la región: Arganzuela, Latina, San Blas, Moratalaz y Carabanchel. Pero también en Móstoles, Alcorcón, Parla y hasta en Fuenlabrada, localidad conocida internamente en el PP de Madrid como ‘Fuenlingrado’.

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Sin embargo, a pesar de esos 65 escaños en la Asamblea de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso mantiene los pies en el suelo y asegura que ha tomado nota. Me parece un acierto si ahora acompaña esa sentencia con medidas concretas de carácter transversal, si decide gobernar para todos, si demuestra que es posible gestionar una comunidad beneficiando a la mayoría, sean del partido que sean. Me parece un muy buen comienzo.

Dicho esto, añado aquí otras tres breves reflexiones, colaterales, sobre lo sucedido en las elecciones de Madrid:

a) Qué fue de la Kamala Harris del PSOE. ¿Se acuerdan de Hana Jalloul? Abandonó una secretaría de Estado del Gobierno de Pedro Sánchez para ser presentada por Moncloa como la rutilante número dos de Ángel Gabilondo. No hay ni rastro de ella: desapareció de la campaña y sigue desaparecida estos días. Extraño.

b) Basta de calentarle la cabeza a la gente. Espero que hayamos aprendido la lección sobre esas teorías de la conspiración que nos alertaron de inminentes pucherazos en Correos, manipulación del voto rogado, potenciales detenciones fantasmas horas antes de las elecciones, asaltos a Capitolios madrileños... Patrañas. Dejen de leer basura y de reenviarla a sus amistades. Es por su bien.

c) Zasca a algunos barones regionales del PP. La contundente victoria de Ayuso en Madrid ha sido también un duro varapalo a esos barones regionales, encabezados por Alberto Núñez Feijóo, que llevaban meses pegándole pataditas en la espinilla a la líder madrileña por su modo de gobernar. La acusaron de falta de centralidad, de equivocarse en su confrontación con Sánchez… y de complicarles la vida generando envidia en los votantes de sus territorios al apostar por gestionar de forma tan abierta la crisis sanitaria. Zasca en toda regla a los desleales.

Más en twitter: @javierfumero