Javier Fumero

Vox va de farol

Santiago Abascal con un sofá, tipo chester, en la sede de Vox.
Santiago Abascal con su nuevo sofá, tipo chester, en la sede de Vox.

La geometría variable sobre pactos de gobierno que ha alumbrado las últimas elecciones municipales y autonómicas ha puesto el foco sobre dos partidos políticos: Ciudadanos y Vox. Varias regiones y ciudades asisten con atención al pulso abierto (entre ambos y respecto a terceros actores) que decidirá varios alcaldes y presidentes autonómicos

Ciudadanos se juega mucho. En las primeras de cambio, ha deslizado que con el PSOE puede haber acuerdo. Legítimo es, faltaría más. Pero después de ser tan explícito en campaña sobre su decisión de dar la espalda a los socialistas, puede salir muy tocado en un frente que ya le puso en dificultad estas semanas: la falta de credibilidad.

Ellos sabrán lo que hacen. Pero mientras tanto el tema comienza a generar un cierto run-run en la ciudadanía. Algunos hasta se lo toman a broma. En este sentido, este jueves me crucé un Twitter con un comentario genial, firmado por un tal @74Moonriver, que decía: “Los que votáis a Ciudadanos lo hacéis por el suspense, ¿no?”.

Vox, por su parte, ha aprovechado su momento de gloria –es decisivo en una veintena de capitales de provincia de toda la geografía nacional- para dar un puñetazo en la mesa y lanzar un órdago. O hay respeto o rompe la baraja.

¿Qué pide Vox? Que se le trate como a un igual. De momento, va a dedicar dos semanas a intentar defender su integridad, visto que no han promovido ningún golpe de estado, ni construido barricadas, ni impulsado algaradas por resultados electorales que no le son favorables (como si hicieron otros en Andalucía, por ejemplo). Por eso, exigen un mínimo de consideración.

Para captar la atención del respetable, como digo, han lanzado un desafío: si Albert Rivera no dialoga con ellos dejará que gobierne la izquierda allí donde puede evitarlo.

A mí me suena a farol, qué quieren que les diga. Por dos motivos fundamentales:

a) No veo al electorado de Vox tragando con cuatro años más de Manuela Carmena en Madrid (por poner un ejemplo) tras tener en su mano evitarlo. Si Vox es lo que es, lo debe también a un buen puñado de votantes del PP que consideraron más útil apoyar a los de Santiago Abascal para frenar a la izquierda radical. Si ese apoyo se demuestra baldío, que se preparen para la próxima.

b) El precedente de Andalucía también cuenta. ¿Se acuerdan de aquella lista con 19 exigencias indispensables para un pacto de gobierno que desalojara a Susana Díaz de la Junta? El documento incluía medidas para revertir algún aspecto de la ley sobre la violencia contra las mujeres, referencias al colectivo LGTBI y las políticas sobre perspectiva de género.

 

Había también cuestiones más sorprendentes como plantear que la ciudadanía delatara a los inmigrantes ilegales colaborando con la Policía en su identificación y facilitar su expulsión. O la propuesta de trasladar el Día de Andalucía, que se celebra el 28 de febrero, al 2 de enero en conmemoración de la Reconquista con la toma de Granada por los Reyes Católicos. Aquello fue un farol o un error de estrategia, aclarado pocas horas después con la retirada de aquel escrito imposible.

Dicho todo lo anterior, tenemos tres semanas por delante para asistir a este pulso. La Ley Electoral establece que veinte días después de las elecciones se deben formar los ayuntamientos. Es decir, que el próximo 15 de junio serán elegidos los 8.131 alcaldes de toda España. Ese día quedará claro quién va de farol y quién no.

Más en twitter: @javierfumero

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