José Apezarena

La palabra de Pedro Sánchez no vale un pimiento

Pedro Sánchez, con su equipo de campaña, saluda a los militantes tras su victoria.
Pedro Sánchez, con su equipo de campaña, saluda a los militantes tras su victoria.

Pedro Sánchez defendió la moción de censura contra Mariano Rajoy diciendo que su Gobierno convocaría "cuanto antes" elecciones generales.

Lo ratificó esos días José Luis Ábalos cuando, para intentar recibir el voto de Ciudadanos, afirmó que serían "lo antes posible". Y, en esa misma línea, Adriana Lastra proclamó que Sánchez no tenía pensado agotar la legislatura y que convocaría elecciones antes de 2020. "Nunca" estuvo en la voluntad de Sánchez acabar la legislatura, remachó la número dos del PSOE.

Reunido con su propio grupo parlamentario, Pedro Sánchez afirmó que sus planes eran llegar a un acuerdo con el resto de partidos sobre el tiempo que él estaría en La Moncloa antes de llamar a las urnas. Y al conjunto de los diputados les ofreció llegar a un consenso sobre la convocatoria de elecciones.

Ante el Comité Federal, en fin, aseguró que convocaría elecciones una vez garantizada "cierta estabilidad" en el país.

Bueno, pues de lo dicho, de lo prometido, de lo comprometido, nada de nada. El propio Sánchez, en la entrevista de TVE, confirmó que su aspiración hoy es agotar la legislatura y "convocar elecciones en el año 2020".

Intentó matizar sus propias palabras sobre "normalizar" la situación política y "luego convocar elecciones", diciendo que lo de "normalizar" consistía en gobernar con el Congreso, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, y en "sacar adelante las leyes vetadas por el anterior Gobierno".

¿Vale de algo la palabra de Pedro Sánchez?

Parece que no mucho, a la vista también de su comportamiento en el caso del chalet de Pedro Duque.

Había sostenido, contundentemente: "Si yo tengo en la ejecutiva federal de mi partido, en mi dirección, un responsable político que crea una sociedad interpuesta para pagar la mitad de los impuestos que le toca pagar, esa persona al día siguiente estaría fuera de mi ejecutiva. Ese es el compromiso que yo asumo con mis votantes y también con los españoles".

 

O sea, lo que, a la letra, ha practicado el hoy ministro de Ciencia y Universidades. Pues, ni al día siguiente, ni a la semana siguiente, Pedro Duque ha sido excluido del Gobierno que preside Pedro Sánchez.

Consciente de la incongruencia, José Luis Ábalos ha intentado una explicación que no explica nada, diciendo que es que Pedro Duque no es del partido. La pregunta salta inmediata: ¿Tampoco es del Gobierno? Del Gobierno que preside Pedro Sánchez. ¿Los baremos éticos exigidos en el PSOE no son de aplicación en el Consejo de Ministros?

Así que, ¿quién va a creer nada de lo que afirme Pedro Sánchez? Como diría un castizo, su palabra no vale un pimiento.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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