Este no es mi Arias Cañete
Consternación en los despachos del ministerio de Agricultura al terminar el debate electoral de Miguel Arias Cañete con Elena Valenciano el jueves, día 15.
El personal que ha trabajado con él estos dos años en el ministerio no reconocían a su hasta hace bien poco jefe. Una reflexión que podría resumirse en un comentario del estilo de “este no es el Arias Cañete que conocemos”. O sea, el Arias Cañete que había conseguido ser el ministro mejor valorado.
Le vieron encorsetado, nervioso, dedicado a leer papeles, y además a leerlos mal, lo cual provocó que perdiera claramente el debate ante una rival efectistas y populista, que supo expresar con claridad y rotundidad los eslóganes, y que se mostró mucho más tranquila y contundente.
¿Qué necesidad había de leer nada, si el tiene cabeza de sobra y se lo sabe todo?, se preguntan sus antiguos colaboradores. E inmediatamente lo relacionan con el dato de que había preparado la comparecencia con el sociólogo de cabecera de Rajoy, Pedro Arriola.
Así que culpan a Arriola del desaguisado. Y a Arias Cañete a continuación, por someterse a sus consignas de estratega de despacho. Piensa que el ex ministro de Agricultura debió ser más él mismo. Aunque ahora tampoco lo tienen tan seguro, a la vista de lo ocurrido a la mañana siguiente.
Porque, si las cosas no salieron bien por la noche, peor se pusieron aún el viernes, con su comentario acerca de la superioridad intelectual sobre las mujeres. Y aquí ya no tenía responsabilidad Arriola.
En ese entorno próximo consideran que el machismo se ha convertido en un indeseado invitado y protagonista de la campaña. Que los socialistas estaban contra las cuerdas y ahora tienen oxígeno. Pero también piensan que el impacto real de este suceso sobre la intención de voto no será muy significativo. Lo cual no quita para que se sientan decepcionados. Y hasta tristes.
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