José Apezarena

Artefactos no tan ‘caseros’

La colocación de un artefacto explosivo, que estalló, en la basílica del Pilar parece que va quedando poco a poco en el olvido. Y a lo mejor no habría que pasar página tan rápidamente.

No hay que hacerlo, porque el grupúsculo que se adjudicó la ‘hazaña’, el denominado Comando Mateo Corral, es la segunda vez, que se sepa, que actúa: la primera ocurrió en la catedral de La Almudena en febrero.

Y no se debe pasar página demasiado a la ligera por dos datos más. Uno, que los terroristas (ése es el nombre que les corresponde) no avisaron. No llamaron por teléfono para advertirlo y que se tomaran precauciones con el público. O sea, que la explosión bien pudo alcanzar a personas inocentes, pero eso a los citados individuos les daba igual.

El segundo dato es que el artefacto era mucho más peligroso de lo que se ha querido presentar. Ahí están las imágenes de los bancos destrozados en la nave de la basílica.

Por eso creo que no resulta apropiado utilizar los términos ‘artefacto casero’ para ingenios como los que han colocado los extremistas. Lo de ‘casero’ causa la impresión de que alude a algo chapucero y poco efectivo, y no era esa la realidad.

El inventó que estalló en El Pilar tenía: kilo y pico de pólvora, la bombona de camping gas, y ¡kilo y medio de clavos! que hacían de metralla.

Por cierto, no faltan determinados medios que se dedican a destacar la existencia de stands donde se venden símbolos de la extrema derecha y nazis, y tiene toda la razón en denunciarlo, pero que están pasando como de puntillas sobre este brote de terrorismo extremista de izquierdas. Tendrían que hablar un poco más también de esto último y prestarle atención.

 
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