José Apezarena

En Cataluña hay que ganar, pero de verdad

Algunas encuestas que se manejan en ámbitos del Gobierno y del Partido Popular concluyen que, si se celebraran elecciones en Cataluña, los partidos constitucionalistas alcanzarían la mayoría absoluta, y por tanto podrían gobernar, desbancando a la actual mayoría independentista.

De cara a esos comicios, bien sean convocados a última hora por Puigdemont, bien sean forzados desde el Gobierno en aplicación del artículo 155, Rajoy, Sánchez y Rivera han pactado ya la formación de un bloque constitucionalista que, uniendo fuerzas tras las votaciones, integrarían un nuevo Govern.

El acuerdo incluye que será presidente de la Generalitat quien encabeza la lista que más escaños consiga, algo que en estos momentos apunta claramente a Ciudadanos.

Los sondeos pronostican que C's PSC y PP obtendrán entre medio y un millón de votos más respecto a las últimas autonómicas, celebradas en clave plebiscitaria el 27 de septiembre de 2015.

En aquel momento, Convergència y ERC, unidos bajo la marca Junts pel Sí, alcanzaron 1.628.714 votos, mientras que los partidos constitucionalistas, juntos, sumaron 1.608.840 papeletas.

Las previsiones ahora son que el votante del PP, que entonces se quedó en casa, se movilice, y que los tres partidos arrebaten votos a las formaciones rivales. Ciudadanos y PP se beneficiarán de los votantes históricos de Convergència, contrarios a la independencia y preocupados por la fuga de empresas de Cataluña. El PSC, por su lado, asumirá parte del electorado que se le marchó a Podemos.

Se anuncia el hundimiento de PDeCAT y de Podemos, que se verán duramente castigados por las posiciones mantenidas estos últimos meses.

Así pues, entre los tres partidos constitucionalistas sumarían más de dos millones de votos, lo que supondría la mayoría absoluta, superando la barrera de los 68 diputados.

Las expectativas de esa victoria parecen tener algún fundamento. Pero habrá que andar con mucho cuidado. Porque el peor escenario sería celebrar elecciones en Cataluña y que al final volvieran a gobernar los mismos que la han llevado a esta terrible crisis.

 

Así que esta vez hay que ganar las elecciones de verdad.

Digo "esta vez", porque me viene a la memoria las elecciones al Parlamento Vasco de 2001, en las que los partidos constitucionalistas, es decir, PSOE y PP, presentaron una estrategia común para desbancar de Ajuria Enea al PNV. Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros se postularon para gobernar en coalición.

Sin embargo, al final ese "frentismo" benefició al nacionalismo vasco: PNV y EA se presentaron en coalición, ganaron en las tres provincias y consiguieron 33 parlamentarios (el 42,37% de los votos), mientras que PP y PSE, sumando, se quedaron en 32 (40,6%  de los votos).

Aquello fue una ocasión fallida. Una amarga derrota, que no debería reproducirse en Cataluña. Anden, pues, con cuidado y pónganse a la tarea en serio los tres partidos implicados.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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