José Apezarena

Cataluña: el proceso independentista está muerto

“El proceso está muerto”. Lo afirma un viejo amigo catalán, periodista, que trabaja en Barcelona, persona informada, con buenas relaciones en ese mundo político, y por eso mismo lo tomo en consideración.

Según él, la proceso independentista que estaba en marcha hasta ahora, entendido como la sociedad catalana unida luchando por el referéndum, está roto, porque se ha fracturado la unidad entre CiU y ERC, que tenía que haberse concretado en una candidatura única finalmente descartada. Tal es la realidad.

Ahora, Esquerra lo que busca primero es la victoria en las próximas elecciones, las anticipadas del 27 de septiembre. Y después, si lo consigue, se planteará una declaración unilateral de independencia. Pero en este caso ya en solitario.

Por lo que se refiere a CiU, resulta que a partir de aquí el enemigo es ERC, que pretende arrebatarle la mayoría. Hoy, para Convergencia la prioridad no es la independencia: el objetivo es sacar un diputado más que Esquerra.

Artur Mas, que se ha tragado tantos sapos estos últimos años, no se muestra dispuesto a perder las elecciones de septiembre. Y ha empezado a lanzar discursos claramente de partido, de CiU, y no de plataformas independentistas.

Por eso, la estrategia de los convergentes a partir de ahora será desprestigiar a Oriol Junqueras. El que hasta aquí aparecía como aliado en la lucha por el proceso independentista se ha convertido en el rival a batir. Y habrá ataques directos contra él. Por ejemplo, utilizando el mensaje de que, con sus intransigencias, ha “traicionado” a los independentistas.

Sostiene mi colega catalán que Junqueras se ve a sí mismo como un nuevo Lluis Companys, aunque parece olvidar cómo acabó. Se ha ido rodeando de la vieja guardia de Carod Rovira y de los huidos del PSC, y además se ha acercado a los anarquistas, convencido de que será el líder de la futura república de izquierdas catalana.

Añade también que incluso existe la posibilidad de que al final no haya elecciones el 27 de septiembre. Están anunciadas, pero no convocadas. Y Artur Mas le dará una última pensada antes, para ver qué resultado le aguarda. Si la conclusión es que perderá la mayoría y por tanto el poder, podría optar por desdecirse y mantener la actual legislatura hasta el final.

La novedad, concluye mi interlocutor, es que el frente unido para la ofensiva independentista ha quedado destrozado, ya no existe el plan CiU-Esquerra, enfrentados ahora en una batalla por las elecciones de septiembre. Estamos, pues, ante una simple guerra electoral, entre dos partidos que se disputan el poder. Se abre un paréntesis. Después ya se verá.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

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