José Apezarena

Cataluña y los pufos de Trump y el Brexit

El escandalazo de la filtración de datos de Facebook, pertenecientes a 50 millones de personas cuyos perfiles han sido manejados, está poniendo en cuestión asuntos tan graves como la legitimidad de la elección de Donald Trump en Estados Unidos y la validez del resultado del Brexit, la votación que obligó al Reino Unido a abandonar Europa.

Se ha sabido ahora que, aprovechando ese material, fue posible identificar sectores de población susceptibles de ser influenciados, a los que se trasladaron datos e informaciones que les provocaran un determinado movimiento de opinión, en la línea, en un caso, de promover la figura del hoy presidente de Estados Unidos (o de deteriorar la de su rival, Hillary Clinton), y, en otro, de magnificar las 'ventajas' de salir de la Unión Europea.

Lisa y llanamente, eso se llama manipulación masiva.

Tales prácticas, ahora posibles por el uso del big data, empiezan a poner en discusión los procesos de consulta a los ciudadanos. Como por ejemplo ocurrió con los recientes comicios en Italia, por no hablar de las elecciones en la Rusia de Putin.

Así que, mirando un poco hacia atrás, cuestionan también el resultado del supuesto referéndum de independencia en Cataluña, cuya validez queda en discusión por las injerencias que se produjeron. Estamos hablando, entre otros factores, de la influencia rusa en la campaña, perfectamente demostrada.

Se sabe que, en torno a aquel 1 de octubre, día del referéndum, aparecieron en Twitter actores malintencionados con el objetivo de condicionar el ambiente, y por tanto el resultado.

Según informes publicados, esos operadores contaminaron la red con un millón de tuits, procedentes de medio millar de cuentas que eran perfiles automáticos. Mensajes dirigidos sobre todo al sector independentista, al que se trasladaron contenidos negativos y violentos, que fomentaban la inestabilidad y el odio.

De acuerdo con los estudios disponibles, la ofensiva produjo en 300.000 usuarios una “drástica caída” desde emociones positivas a negativas. O sea, 300.000 cambios de opinión, que posiblemente resultaron decisivos a la hora de contabilizar los votos.

Por ello, si están en discusión la legitimidad de la elección de Trump y la validez del resultado del Brexit, algo semejante ocurre con el referéndum de independencia en Cataluña.

 

Y no solo eso. ¿Habrá que hablar también del resultado de las últimas elecciones autonómicas catalanas, tras las cuales la suma de JuntsPelSi y Esquerra da mayoría en el actual Parlament? Esa mayoría que busca a quién investir un presidente. Pero, entonces, ¿cuál será su legitimidad?

Ojo, porque no estoy hablando solamente de Cataluña. Me preocupa que la lección aprendida con los 'éxitos' del caso Trump y del Brexit, anime a algunos a intentar procesos ocultos, dirigidos a condicionar las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2019, y las siguientes elecciones generales.

¿Está tomando medidas el Gobierno al respecto en ese sentido? ¿Tiene capacidad para garantizar que nadie manipule la opinión de los ciudadanos?

Vendría bien alguna información que tranquilizara a los españoles. Si es que nos pueden tranquilizar.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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