ETA está mal muerta

Muchos conocerán este viejo chiste. Están enterrando a un individuo y, de pronto, cuando van a cerrar la sepultura, el susodicho exclama: “¡Estoy vivo, estoy vivo!”. El sepulturero responde: “¿Vivo? Mal muerto es lo que estás tú”. Y sigue echando tierra en la fosa.

Bromas aparte, me vino a la mente ese relato tras haber escuchado al ministro del Interior proclamar públicamente como “acta de defunción” de ETA la detención de dos de sus últimos dirigentes,  Iratxe Sorzábal y David Pla.

La evocación tiene que ver con que, desde mi punto de vista, la banda armada no está muerta. No lo está porque no se ha rendido. No lo está porque aún no se ha disuelto. No lo está porque no ha entregado las armas. Y son circunstancias que me parecen muy relevantes.

Y tampoco puede certificarse la defunción, por el simple hecho de que no tenemos certeza absoluta de que no queden pistoleros sueltos. En tal caso, incluso más peligrosos porque andarían casi por libre y no estarían sujetos a la disciplina orgánica del presunto cese de la actividad armada.

Así que me pareció imprudente el anuncio de “acta de defunción” de ETA, mucho más en quien debe mostrarse comedido y cuidadoso en extremo acerca de asuntos tan delicados.

Vídeo del día

Detenida en Madrid una kamikaze borracha y
con un kilo de cocaína en el maletero

 

Pero es que, además, no he podido menos que recordar una de las hazañas míticas de José Luis Rodríguez Zapatero. Finalizaba 2006, y montó una rueda de prensa para realizar el balance del año. En ese momento casi solemne, retransmitido en directo, el entonces presidente del Gobierno anunció que 2007 iba a ser “el año de final de ETA”. Al día siguiente, la banda terrorista destrozaba la terminal 4 de Barajas, causando dos víctimas mortales y cuantiosísimos daños materiales.

Insisto, ETA no ha desaparecido. Como mucho, está ‘mal muerta’. Y, en consecuencia, habría que proceder como el sepulturero de la anécdota del principio.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena