José Apezarena

En España nos suicidamos bastante más de lo que se admite

Los datos oficiales son de por sí muy alarmantes. Los últimos se conocieron hace dos días. En 2014, el número de suicidios en España alcanzó récord histórico por tercer año consecutivo, 3.910 fallecimientos, cifra que duplica la de víctimas mortales en accidentes de tráfico, 1.873. Más de diez muertos cada día. Son números del Instituto Nacional de Estadística. Los suicidios vuelven a ser de nuevo la principal causa de muerte no natural en nuestro país.

La tendencia ascendente es clara en las últimas décadas: 1.652 casos en 1980, 2.929 en 1990, 3.393 en el año 2000. Por tanto, según los expertos se trata de un fenómeno consolidado al menos desde hace 35 años.

Pero habría que precisar que los datos del INE se refieren a episodios identificados y clasificados 'oficialmente' como suicido. No recogen, por tanto, otros muchos sucesos que lo son pero que, por diverso motivo, no se reconocen así. Algunos ahogamientos, por ejemplo, que aparecen como accidentes. O muertes por medicamentos aparentemente mal administrados o mal consumidos. Y también presuntos fallos al manipular un arma.

Y querría referirme específicamente a los españoles que pierden la vida arrollados por un tren. Esta semana, el miércoles, por citar un día, se registraron en Madrid dos casos de ciudadanos alcanzados por un convoy, lo que, por supuesto, provocó cortes de tráfico en las líneas de cercanías.

Personas relacionadas con RENFE me han comentado que gran parte de los accidentes en los que algunas personas mueren tras ser alcanzadas por un tren son en realidad suicidios encubiertos, que no se contabilizan como tales. Con el añadido de que, a tales efectos, esa forma de proceder resulta enormemente eficaz

Las escasas noticias que suelen publicarse sobre estos sucesos suelen hablar de ciudadanos atropellados fortuitamente al tratar de cruzar las vías o por circular cerca de ellas. En realidad, en gran número de ocasiones se trata de muertes voluntarias. No pocas veces de muchachos jóvenes. Algo de lo que nadie habla. Otras más, de personas mayores, incluidos matrimonios.

Esos episodios no se reflejan en las estadísticas, porque no hay constancia cierta de que se trate de muertes buscadas. Por, como digo, en gran número de casos lo son.

Me falta el dato concreto de cuántos españoles mueren cada año arrollados por un tren. No lo he encontrado.

editor@elconfidencialdigital.com

 

En Twitter @JoseApezarena


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