José Apezarena

El Gobierno imposible PSOE-Podemos

Pedro Sánchez sigue erre que erre, intentando convertirse en presidente del Gobierno al precio que sea necesario. Los últimos, y discutidos, movimientos revelan con bastante claridad dicha pertinacia.

Entre esos trámites hay que citar, sin duda, el préstamo de senadores a los nacionalistas catalanes para que pueden constituir grupo, una maniobra encubierta con el poco creíble argumento de la "cortesía parlamentaria". En política no existen cortesías, sino intereses. Evidentemente, lo que busca el secretario general del PSOE es atar a esos dos partidos para que se sumen a la mayoría que necesita de cara a la investidura.

El último gesto, de ayer mismo, es la puerta que ha abierto por sorpresa a que Podemos pueda conseguir esos cuatro grupos parlamentarios en el Congreso que con tanto furor reclama Pablo Iglesias. Antonio Hernando admitió en la radio que están dispuestos a "hablar" sobre el asunto. Sin duda, otra mano tendida al imprescindible socio de cara a ese "Gobierno progresista" que intenta el líder del PSOE.

No obstante, Pedro Sánchez pretende un Gobierno imposible, si la condición de Podemos sigue siendo contar con otros tres grupos. Porque el visto bueno depende de la Mesa del Congreso, donde los tres miembros del PP junto con los dos de Ciudadanos hacen mayoría. No parece que ni los populares ni C's estén dispuestos a dar carta de naturaleza, con grupo propio, a las Mareas, En Común y Compromís.

Así pues, para que resulte posible la nueva mayoría, Pablo Iglesias tendrá que bajarse de su exigencia de la multiplicación de grupos y, sin haberlo conseguido, votar al socialista en la investidura.

En el hipotético caso de que al final Sánchez consiga ser presidente, será a su vez un Gobierno imposible. Imposible porque no podrá gobernar. A ver cómo se compatibilizan, por ejemplo, las concesiones a los nacionalistas por su voto, a todos sin excepción (catalanes, gallegos, vascos, valencianos y hasta canarios), con los principios del PSOE, pero más aún con los intereses de España. Muy difícil.

Y, en lo económico, ¿cómo armonizar el programa con el que se presentó a las generales, diseñado por Jordi Sevilla, con las exigencias de un conglomerado en el que estarían los burgueses y hasta capitalistas de la ex-Convergencia y del PNV, junto con los ex comunistas de Izquierda Unida, con los populistas y anticapitalistas de Podemos, y con sus socios antisistema? Ingobernable.

Además, cualquier iniciativa de ese Gobierno que vaya al Parlamento deberá sortear obstáculos innumerables. De entrada, poner de acuerdo a la ristra de 'socios' que hayan votado la investidura.

Pero existe un dato aún más contundente: el Senado. ¿Un Gobierno de Pedro Sánchez será capaz de eludir el previsible bloqueo sistemático de una cámara donde el PP disfruta de una cómoda mayoría absoluta? Verdad es que el Senado no tiene la voz última, pero los populares pueden hacer maravillas con los trámites y plazos, y convertir en eterno cualquier asunto que llegue desde el Congreso. De esa forma, convertirán en irreal la capacidad de gobernar.

 

Lo dicho, una coalición PSOE-Podemos sería un Gobierno imposible.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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