José Apezarena

Goteras (y hasta chaparrones) en Podemos

"Puede pasar como con el 15 M. Éramos radicalmente democráticos, pero radicalmente inoperativos". Esta frase de Juan Carlos Monedero, 'número dos' de Podemos, resume la coyuntura difícil que afronta un movimiento político convertido en estrella tras las europeas y que ahora empieza a sufrir goteras, cuando no auténticos chaparrones.

Se escenificó con crudeza el pasado domingo, en una reunión con los círculos madrileños que integran ese movimiento, a los que Monedero acusó de querer apoderarse de Podemos, en lo que calificó de intento de golpe de estado.

El centro de la polémica es la iniciativa del núcleo duro de Podemos, los docentes aglutinados en torno a Pablo Iglesias, de cara al cónclave del 14 de junio en el que se iba a decidir el futuro de la organización, pero sobre todo quiénes mandarán a partir de ahora: los 25 que la dirigirán hasta la asamblea constituyente de octubre.

De cara al 14, ese núcleo duro decidió montar unas primarias, con listas cerradas, una de ellas capitaneada por Pablo Iglesias. La idea ha soliviantado a las bases, que exigen listas abiertas como elemental requisito democrático. Critican también que solamente se hayan dado seis días para articular listas alternativas.

Juan Carlos Monedero afirmó que dentro de Podemos posiblemente estaban conviviendo modelos políticos incompatibles. Llegó a asegurar que la iniciativa de las listas abiertas pretendía evitar "un golpe de estado", por lo visto en referencia a Izquierda Anticapitalista, que envió instrucciones a las bases sobre cómo proceder para hacerse con la organización.

El 'número dos' aguantó el tipo como pudo. Echó en cara la violencia de algunas de las intervenciones, que parecían provenir "de enemigos", y concluyó con crudeza: "Hoy no me merece la pena estar en Podemos. Lo que me pide el cuerpo es mandar al carajo esta reunión y que os vaya bonito. Igual aquí hay proyectos incompatibles y hay que romper. Igual hay que asumirlo y pensar en separarse".

Además de muy atractivas, las utopías suelen ser maravillosas en sí mismas. Pero se llaman utopías porque no son posibles. Podemos se encuentra al borde de confirmar eso, que ha sido y es una utopía.

Habrá que ver cómo evoluciona finalmente, pero en estos momentos la euforia se ha trocado en desengaño y amargura.

editor@elconfidencialdigital.com

 

Twitter: @JoseApezarena

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato