José Apezarena

Guerra de reinas: hay que salvar a Leonor, Princesa de Asturias

El incidente, altercado, enfrentamiento… entre las dos reinas, la emérita, doña Sofía, y la titular, doña Letizia, ha preocupado y sigue preocupando en La Zarzuela. Ya nos hemos referido anteriormente a esa “guerra de reinas”.

Una primera demostración de la inquietud que ha recorrido La Zarzuela es la inusitada aparición de una amiga personal de doña Letizia declarando que la reina se encontraba “preocupada” y “desolada” por lo ocurrido.

Esas amigas nunca hacen declaraciones, nunca opinan, y menos aún ponen nada en boca de ella. Si una lo ha hecho en esta ocasión, es que hablaba “por encargo”. Doña Letizia enviaba mensajes para intentar calma la situación, y también para empezar a poner remedios y soluciones cuanto antes.

La segunda, y más evidente, prueba es la rapidez con que se ha escenificado externamente una supuesta reconciliación, con las imágenes este sábado de la llegada al hospital donde acababa de ser intervenido don Juan Carlos. Con doña Sofía viajando en el coche conducido por su hijo el rey, y doña Letizia bajándose antes para abrir la puerta a su suegra, con la que después posó, ambas sonrientes y amigables.

Habrá otras ocasiones más, parecidas a esta, que se aprovecharán para tratar de desmontar la tesis de un enfrentamiento de fondo entre ambas reina, ya que desde la Casa del Rey se pretende amortizar cuando antes los efectos de esta crisis, que, esta vez sí, reconocen que, haberla, ha habido.

Las dos principales protagonistas, las dos, se han dado cuenta también de que aquello no estuvo bien por parte de ninguna de las dos. Ambas “son conscientes de su repercusión”, por lo que se escucha en La Zarzuela, donde se insiste en que ha sido “una circunstancia no deseada por nadie”, de la que “todo el mundo ha tomado nota”.

En La Zarzuela, no obstante, descartan que se haya producido un incidente de carácter “institucional”, y tratan de enfocarlo solo como un hecho interno, familiar. Porque aquello no era un acto oficial, casi ni siquiera público. Aunque eso sí, ha alcanzado una repercusión inusitada en redes sociales y se ha visto en las televisiones de todo el mundo. Pero creen que las repercusiones no irán mucho más allá. Por decirlo rápidamente, tras lo ocurrido no está en peligro la monarquía.

Lo que sí se les nota es una especial preocupación por algunos comentarios criticando a la princesa de Asturias, la tercera protagonista del incidente con ese gesto de retirar el brazo de su abuela.

¿Por qué les preocupa Leonor, y no tanto ni doña Sofía ni doña Letizia? Porque institucionalmente ellas dos no son “importantes”. Lo aclaro. Técnicamente, ellas no tienen un papel institucional relevante. Hay que recordar que nuestra Constitución apenas cita la figura de la reina.

 

En efecto, doña Sofía es reina “emérita”, y doña Letizia es “solo” la esposa del rey. Por el contrario, Leonor sí ostenta un protagonismo institucional claro, puesto que se trata de la princesa de Asturias, la heredera del trono de España. Y, por tanto, sobre ella pivotará el futuro de la monarquía. Eso son palabras mayores.

Existe, pues, la voluntad de preservar todo lo posible a la princesa de Asturias. Por ejemplo, lo que se escucha en La Zarzuela es que el gesto de Leonor no tiene ningún significado especial, que no es trascendente. Pero sobre todo destacan que se trata de una niña de doce años, a la que hay que observar de otra manera que a su madre y su abuela.

Otra conclusión más, sobre el jaleo que se ha montado con la escena de la catedral de Palma, es que La Zarzuela sigue necesitando un sistema de comunicación eficaz, eficiente y creíble. Y han de entender que la táctica del silencio, de no querer dar la cara, de esconderse, suele ser la peor.

 editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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