Imposición euskérica en Navarra
Hoy, 3 de diciembre, es el Día de Navarra, conmemoración de nuestro patrono San Francisco Javier. Y a él me acojo para que nos proteja a todos los navarros de lo que parece que se nos viene encima.
Acabo de recibir la invitación del Gobierno de Navarra para asistir en Madrid a la entrega del Premio Francisco de Javier (por cierto, le han quitado el San) al cineasta Montxo Armendáriz, acto que se celebrará el día 14, en el auditorio de la Fundación Lázaro Galdiano.
Y por sorpresa tropiezo con la primera línea de la carta: "Nafarroako Foru Komunitateko Lehendakaria". Por debajo, en la segunda línea, dice: "La Presidenta de la Comunidad Foral de Navarra". Firma finalmente Uxue Barkos Berruezo, titular del Gobierno de Navarra.
La siguiente sorpresa es ver que el texto de la invitación se ofrece primeramente en euskera, y a continuación, en segundo lugar, en castellano.
La verdad, me parece inapropiado, cuando no un abuso, colocar por delante la lengua minoritaria frente a la que hablan, hablamos, la totalidad de los navarros.
Por mi apellido, procedencia e historia familiar, respeto el euskera y lo conozco, aunque me falta mucho, recordando las clases de euskera a las que asistí en mis primeros años de universitario en Pamplona. Una clases que elegí voluntariamente, por supuesto. Pero no comparto las presiones encubiertas.
Es que me temo que en Navarra va a más la imposición euskérica, una nueva forma de opresión lingüística, contradiciendo con ello la terca realidad de que en mi tierra el porcentaje de personas que entienden y hablan esa lengua se sitúa en el 14%, según datos oficiales, mientras el otro 86% lo desconocen.
Por si faltara algo, ahí está la esplendorosa actitud de la presidenta del Parlamento Foral, Ainhoa Aznárez, a la que los micrófonos abiertos le han cazado diciendo, dirigiéndose a una de las personas que en ese momento se encontraba en la tribuna de invitados: "Lo voy a realizar todo en euskera y se va a joder". Fina expresión por su parte y clara muestra de talante democrático y conciliador.
Me gustaría recordar, a quienes intenten imponerse por la fuerza, que en Navarra no se acepta tan fácilmente que nos empujen y acosen. Ya hemos dado prueba de eso en muchas oportunidades.
Seguramente el peor método para tratar de implantar algo es intentarlo por la fuerza, por la vía del aquí mando yo y se hace lo que yo digo, recurriendo al famoso "por mis pistolas".
Aunque firme la invitación Uxue Barkos, que según dice el CIS, es la política más valorada en el conjunto de España. No sé si tal circunstancia seguirá valiendo para Navarra.
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