José Apezarena

Pedro Sánchez se arremanga por fin

Pedro Sánchez se ha metido de lleno en faena. Ya era hora. Me refiero al trabajo de ser y de actuar como líder del primer partido de la oposición. Al menos externamente.

Ayer fue recibido por el rey Felipe VI, con motivo de su reciente elección como secretario general del PSOE. Una audiencia obligada, de duración inusual, más de dos horas, tras la que Pedro Sánchez se fue de la lengua, al declarar que había visto al monarca "preocupado por la situación de Cataluña".

No es que con eso revele ningún secreto de Estado, porque resulta evidente que al rey (como a la mayoría de los españoles) le inquieta lo que allí ocurre, pero la cortesía política aconseja no comentar las conversaciones con el jefe del Estado. Y menos aún poner en su boca frases concretas.

Lo más relevante, sin embargo, es que ha dado una rueda de prensa. Por fin. La primera desde que salió elegido secretario general. Una anomalía que estaba siendo muy criticada, incluso vista por los informadores como falta de respeto hacia los medios de comunicación (con la excepción singular de la entrevista que concedió a laSexta).

Mañana, jueves, continuará con ese obligado trabajo institucional como líder de la oposición, y se entrevistará en La Moncloa con el presidente del Gobierno. Una cita que ha sido preparada con mucho cuidado por los respectivos gabinetes.

Mariano Rajoy está interesado en que salga bien, y en dar imagen de acercamiento mutuo.

Por su parte, Pedro Sánchez se esforzará en lanzar un primer mensaje que le configure como un "político de Estado". Dejará claro que en las grandes cuestiones estará con el Gobierno. Singularmente en el problema de Cataluña, aunque sin descartar otros, como asuntos de seguridad y terrorismo, y sobre la concreta amenaza islamista.

Pero en el resto marcará las distancias todo lo posible. Para contentar a su clientela, por supuesto, y para subrayar que ha comenzado una nueva época en el PSOE, muy distinta de la que protagonizó la gestora. Pedro Sánchez necesita visualizar el desmarque.

Por eso, protagonizará otros gestos externos. A pesar de que se lo han ofrecido, no quiere dar la rueda de prensa posterior en la propia Moncloa, sino en la sede de la calle Ferraz.

 

Lo cual no quita para que hayan pactado algunos gestos de deferencia por parte del presidente del Gobierno. Uno de ellos, como contamos en portada, recibirle a la puerta de la Moncloa. Al contrario de lo ocurrido en las ocasiones anteriores.

Diferencias aparte, que existen, y grandes, es obligado que el jefe del Gobierno y el líder de la oposición hablen. Y cuanto más, mejor.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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