José Apezarena

Pedro Sánchez asume riesgos, Susana Díaz no

El PSOE viene siendo escenario de un sordo combate interno, en el que está en juego el liderazgo del partido, es decir, la secretaría general. Y con ello el futuro político de su actual titular, Pedro Sánchez.

Como en cualquier conflicto, también aquí quienes deseen ganar tendrán que asumir riesgos, porque no existe victoria sin combate y sin peligro.

Es evidente que Pedro Sánchez está dando la batalla con absoluta decisión, utilizando todos los resortes que le proporcionan el cargo y los estatutos del partido, y jugando con los tiempos hasta el límite. Quizá sea por desesperación, pero lo cierto es que viene demostrando determinación y una notable capacidad de maniobra y de supervivencia.

No ocurre lo mismo con sus rivales, que hoy por hoy siguen guardando la ropa, es decir sin echarse a nadar. Falta en ellos decisión y capacidad de riesgo. Y, como digo, sin riesgo no suele haber victoria.

Susana Díaz, principal rival de Pedro Sánchez, en la medida en que aspira a hacerse con el mando absoluto del PSOE, continúa escondida, atenazada por sus miedos.

Ya le ocurrió con una oportunidad anterior, en las primarias para elegir secretario general, cuando ella, como condición para presentarse, exigió que no hubiera otros candidatos porque no quería asumir el albur de una votación. Pedro Sánchez se mostró dispuesto a apartarse, no así Eduardo Madina, hubo primarias, y ganó Sánchez merced al voto agradecido de la lideresa andaluza.

El Comité Federal del día 1 parece la ocasión propicia para intentar doblar el brazo al secretario general y forzarle a que abandone el famoso "no es no" en la investidura. El problema es que, tal como se explica hoy en ECD, para debatir y votar esa cuestión es requisito que alguien pida que el punto se incluya en el orden del día, porque Pedro Sánchez no lo piensa hacer.

La pregunta es quién da el paso, quién se retrata pidiéndolo, ya que, por así decirlo, si sale adelante aparecerá públicamente como la persona que "facilitó" la investidura de Mariano Rajoy. Un precio político que nadie quiere pagar. Y mucho menos la eterna candidata, Susana Díaz, víctima otra vez de sus excesivas precauciones.

Díaz debería quizá pensar que las oportunidades siempre son escasas, y que dejar pasar el tiempo puede conducir a la imposibilidad definitiva. Con miedo no se ganan batallas. Y eso lo sabe muy bien Pedro Sánchez.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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