José Apezarena

Podemos y la corrupción de los "viejos partidos"

Tres expulsiones en Podemos de Baleares. Han sido excluidos del partido la presidenta del parlamento regional, Xelo Huertas, la diputada Montserrat Seijas, y el secretario de acción institucional, Daniel Bachiller, por “posible vulneración de los estatutos y del código ético”.

Días atrás habían sido suspendidos cautelarmente de militancia, acusados de haber amenazado, en una reunión interna, con no apoyar los presupuestos regionales para 2017 si no se renovaba un convenio del gobierno balear con el laboratorio de Bachiller, vigente desde hace diez años.

Huertas y Seijas han negado la existencia del supuesto chantaje, y acusado al responsable del partido en Baleares, y diputado autonómico, Alberto Jarabo, de haber actuado contra ellas por razones de carácter político interno.

Denunciaron que Jarabo, líder de la corriente oficialista, apoyaba sólo a sus afines. Y también que su antigua productora de televisión estaba siendo favorecida por el canal autonómico IB3. Achacaban a la dirección regional “prácticas estalinistas” y “caza de brujas” contra los críticos.

Cualquiera de ellos que tenga razón, lo cierto es que estamos en el terreno de la corrupción, política, económica o las dos cosas a la vez. Esa plaga que los recién llegados de Podemos, aparentemente impolutos, consideraban, y así lo proclamaron repetidamente, patrimonio de los “viejos partidos”.

Cierto es que, aparentemente, han reaccionado con rapidez y contundencia en este caso, pero el trasfondo es la existencia de prácticas irregulares por parte de militantes, y militantes destacados. Insisto, esas que eran propias de “los otros partidos”.

Podemos se ha visto ya mezclado en unos cuantos asuntos económicos sospechosos o irregulares que han alcanzado a personajes tan significados como Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Ramón Espinar, Pablo Echenique, Tania Sánchez y al mismísimo Pablo Iglesias y sus ingresos televisivos. O sea, la plana mayor.

Si en Baleares han sido rápidos y contundentes, sin embargo se echó de menos algo más de sentido crítico, e incluso de petición de disculpas, en estos últimos casos.

En fin, Podemos vuelve a toparse con la corrupción. Esa que era patrimonio de los “viejos partidos”.

 

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena


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