José Apezarena

Puedo prometer y prometo... que no sé dónde me meto

El recordado Adolfo Suárez, llorado también, aunque con lágrimas de cocodrilo, por muchos de los que entonces lo combatieron ferozmente, hizo famoso el latiguillo "Puedo prometer y prometo...".

Según relata Fernando Ónega, en su libro "Puedo prometer y prometo: Mis años con Adolfo Suárez", aquel hallazgo oratorio forma parte de la serie de exitosos discursos que él escribió cuando trabajó para el entonces líder de UCD y presidente del Gobierno.

Pues ahora resulta que Pedro Sánchez parece querer hacerse con la herencia, o la imagen, del que fuera protagonista destacado de la transición española.

En su última comparecencia solemne, este sábado, durante el acto de proclamación como candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, el secretario general se apropió de esas frases de Adolfo Suárez, al que no citó pero que obviamente estaba rememorando. En mi opinión, un atrevimiento por su parte.

¿Y qué pudo prometer y prometió Pedro Sánchez? Tres cosas: decencia, diálogo y dedicación. Veamos.

El compromiso de decencia no se compadece del todo con la ceguera que ha mostrado sobre algunos escándalos de corrupción que afectan a su partido, el más clamoroso los ERE's de Andalucía, pero también las implicaciones en la Púnica. Pedro Sánchez prefiere mirar a otro lado.

¿Diálogo? Tampoco casa muy bien con su actitud durante las pasadas negociaciones para intentar formar una mayoría estable de Gobierno, cuando puso pies en pared frente a cualquier posibilidad de acordar esa mayoría con el Partido Popular, con el que ni siquiera quiso hablar. Muy poco diálogo, pues.

En cuanto a la promesa de dedicación, esa sí que está en condiciones de cumplir. Al actual líder socialista nadie le podrá echar en cara que no trabaje. Todo lo contrario: se deja la piel en el cargo.

No es una novedad. Pedro Sánchez construyó su futuro dentro del PSOE después de haberse pateado personalmente, en su propio coche, todos los rincones de España, donde contactó con las agrupaciones socialistas y así se ganó el apoyo de las bases con vistas a cualquier votación en primarias o procesos parecidos de recurso a la militancia. Y le ha ido muy bien.

 

Pero lo de intentar convertirse en el Adolfo Suárez del siglo XXI me parece un poco tosco. Y no acaba de convencerme.

Me viene a la memoria una variante de aquel famoso discurso, pero en versión de algunos críticos y adversarios del entonces presidente. Ponían en boca de Suárez esta frase, cambiada: "Puedo prometer y prometo... que no sé dónde me meto".

Tome buena nota Pedro Sánchez.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato