Repudio de estos políticos ventajistas

Yo sí soy partidario del aforamiento de los políticos, pero solamente en determinados casos, limitados y bien reglados.

El problema es que, en bastantes ocasiones, los afectados van haciendo uso de ese derecho de una forma torticera. Dicho más rápidamente, con prácticas de ventajista.

A lo largo del calvario judicial que han sufrido Manuel Chaves y José Antonio Griñán (¡ahí es nada: dos ex presidentes del PSOE y de la Junta de Andalucía!), ambos a dos han ido beneficiándose procesalmente de su condición de aforados, de modo que el asunto había pasado al Tribunal Supremo.

Pues bien, ahora que el Supremo ha dictado el procesamiento contra los dos, y entendiendo, por el duro auto dictado por el instructor, que esa vía podía serles perjudicial, Chaves y Griñán han decidido renunciar a la condición de aforados. Y que, así, la causa pase a los tribunales ordinarios en Andalucía.

O sea, que ellos han podido decidir qué juez quieren que les juzgue, por el sistema de ir escogiendo en cada momento la opción más beneficiosa para sus intereses. Algo que está vedado al resto de los mortales. Los dos políticos han actuado, en fin, como ventajistas.

Ventajista, de otra manera, se ha mostrado el igualmente diputado socialista Juan Antonio Viera, imputado en el caso de los ERE’s de Andalucía, que cuando, tras la imputación, su partido le ha exigido la entrega del acta, ha respondido que nones y ha decidido pasarse al Grupo Mixto del Congreso, donde por tanto se mantendrá hasta que termine la legislatura. Y, como es diputado, conservará la condición de aforado. Se ve que él tiene más esperanzas en el Supremo que en los jueces andaluces.

Malísima imagen la que dan los políticos con esas prácticas de ventajista. Pero en el caso de figuras como Chaves y Griñán, visto su historial y su pasado, el daño social y de ejemplaridad resulta mucho mayor.

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