José Apezarena

Silencio, trabaja el CNI

El CNI, Centro Nacional de Inteligencia, se encuentra rodeado de cierta aureola de misterio, incluso de suspicacia sobre sus actividades, consecuencia inmediata de su origen, características institucionales, organización y trabajos a los que se dedica. Y, por supuesto, de la discreción, silencio y aun secreto que mantiene sobre gran parte de sus actividades. Quizá exagerado, en algunos casos.

Legalmente, tal como indica su ley reguladora, el CNI es el organismo público encargado de ofrecer al presidente del Gobierno y al propio Gobierno las informaciones, análisis, estudios y propuestas precisas para prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra la integridad territorial de España, sus intereses nacionales y la estabilidad del Estado de Derecho y sus instituciones. No resulta pequeño desafío, la verdad.

Lo del silencio, y aun secreto, tiene cierta lógica, precisamente por las características de las materias a que se dedica, en las que casi siempre la reserva resulta mucho más aconsejable que la difusión. Tan es así, que muchas veces se convierte en condición inexcusable, si se quiere alcanzar algún éxito. Pero también discreción por el tipo de operaciones que lleva a cabo.

Ahora mismo, tres periodistas españoles se encuentran desaparecidos en Siria, previsiblemente capturados por alguno de los grupos violentos que se desenvuelven en ese país. Y el CNI ha recibido el encargo de solventar, con éxito y cuanto antes, la situación.

Desde los ámbitos oficiales se reclama prudencia y silencio a la hora de informar sobre nuestros compatriotas, pero más aún sobre los labores y gestiones concretas para lograr su liberación y vuelta a casa. Discreción absoluta sobre el trabajo que han empezado a realizar los agentes del Centro Nacional de Inteligencia que ya operan en aquel país, a los que van a reforzar otros efectivos que llegarán inmediatamente.

En estas circunstancias tan difíciles, cualquier previsión sobre cómo acabará todo resulta aventurada. Pero, al mismo tiempo, no hay que perder de vista cómo se solucionaron en el pasado situaciones parecidas, que afectaban también a españoles.

El repaso a esos episodios refleja que en los casos anteriores, en todos, el problema se zanjó con el buen resultado de la liberación y regreso a casa de quienes, fuera de nuestras fronteras, estuvieron retenidos como rehenes y padecieron cautiverio en manos de grupos armados de diversa procedencia.

En esos casos, el trabajo concreto de los miembros del CNI resultó definitivo para la buena resolución de cada conflicto. Y ello es un precedente positivo.

Así que, silencio. Trabaja el CNI.

 

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena


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