De banderas republicanas y guillotinas

Las manifestaciones convocadas por Izquierda Unida y Podemos han llenado las calles de banderas republicanas. Ya ondeaban antes, en cualquier manifestación de la izquierda y en marchas sindicales, pero ahora lo ocupan todo.

Además de cartelería diversa con insultos contra el rey, el príncipe y en general contra la institución, y por supuesto de referencias a Franco, algunas de las concentraciones han tenido el mal gusto de exhibir guillotinas. Ese artilugio que, entre otras cosas, cortó la cabeza a Luis XVI, el último rey de Francia. Sin duda un acto civilizado y democrático donde los haya.

Aprovechando esa evocación, en algunas televisiones han aprovechado para difundir grabaciones del líder de Podemos, Pablo Iglesias, ponderando las virtudes de la guillotina. Que ya es mojarse. En fin, una lección de convivencia por su parte, sin duda.

Tengo para mí que esos republicanos callejeros pueden estar equivocándose con la escenografía que montan. No sé yo si la enseña tricolor, junto con la guillotina por supuesto, son los mensajes más tranquilizadores para la ciudadanía de este país.

La bandera, porque, quieran o no quienes la alzan, trae amargos recuerdos del pasado, todavía no asimilados por una parte de los españoles. Y la segunda, porque eso de cortar cabezas no parece muy moderno, en este siglo XXI nuestro.

Y tengo para mí también que los republicanos auténticos deben de estar lamentando despliegues semejantes, que ensombrecen la figura de esa opción política, mucho más moderada, razonable, tolerante y convivencial que lo que muestran estos días las calles de España, donde lo que se inspira es miedo.

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