José Apezarena

La conciencia de España

Cáritas se ha convertido poco menos que en la conciencia de España, con sus informes sobre la situación de pobreza y marginación que sufren buena parte de los ciudadanos de este país.

Lacerante resulta la descripción que ofrece sobre cómo lo están pasando cientos de miles de familias por toda la geografía nacional. El año pasado atendió a 2,5 millones de personas, 600.000 más que el anterior.

Su último informe contiene dos datos especialmente negativos, y a la vez dos datos positivos. Los negativos son que cada día acuden a pedir ayuda más familias numerosas (familias con muchos hijos), y que la aportación procedente de fondos públicos ha bajado.

En cuanto a los positivos, uno se concreta en que han subido las aportaciones de fondos privados, de forma que Cáritas se financia un 75% con ellas, mientras que lo público sólo alcanza el 25%. El otro punto de alivio se resume diciendo que han recibido un 30% más de voluntarios para ayudar en sus tareas de asistencia. La sociedad reacciona. Menos mal.

Ser la conciencia de algo o de alguien presenta serios inconvenientes, sin duda. El más lamentable, que el afectado no quiera oír esa voz. Más aún, que maldiga de ella y la rechace.

Así le ocurre a Cáritas respecto de los poderes públicos. Incluido entre ellos el ministro de los recortes sociales, Cristóbal Montoro.

Es, en fin, la maldición que persigue al espejo: que quien no desea ver su cara reflejada en él, intenta romperlo.

editor@elconfidencialdigital.com

Twitter: @JoseApezarena

 
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