José Apezarena

Correoso (y bronco) José María Aznar

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José María Aznar, en la comisión del Congreso

"Lo negó todo, no entonó ningún mea culpa y no asumió ninguna autocrítica. Al contrario, fue retador". Así resumen algunas crónicas periodísticas, con bastante acierto, lo que ocurrió ayer en la comparecencia de José María Aznar ante la comisión del Congreso que investiga la financiación del PP.

En cuanto al fondo, el ex presidente, negó conocer a Francisco Correa, fundador de la trama Gürtel, rechazó haber cobrado sobresueldos del partido, y minimizó la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó al PP como responsable a título lucrativo. "No tengo que pedir perdón por nada"", resumió.

Aznar se mostró, en efecto, batallador y sin ninguna intención de callar. Quizá porque creía que no tenía nada que perder. Dio la cara, hizo frente a sus rivales, y devolvió golpe por golpe, aprovechando también sus debilidades y errores para dejarlos en evidencia con crudeza y desenfado. Se fajó a fondo. Y pocas veces perdió los papeles.

Algunos analistas le reprochan precisamente ese tono bronco, diciendo que no resulta propio de un ex presidente del Gobierno. Habría que preguntarles si tendría que haber soportado sin un gesto la lluvia de ataques, descalificaciones e insultos que escuchó. Sobre todo del histriónico Gabriel Rufián, pero no solo. El tono y el estilo no los marcó Aznar.

Al PSOE, le reprochó en varios momentos los ERE's de Andalucía, con 320 cargos afectados y una cuantía de 855 millones de euros, la condonación de 50 millones de euros por los bancos y hasta el caso Filesa.

Pablo Iglesias, que no es portavoz de Podemos en la comisión pero quiso asumir el protagonismo, intentó sacarle de sus casillas insistiendo en recordarle que tenía obligación de decir la verdad, a lo que Aznar respondió otras tantas veces diciendo al líder de Podemos que estaba mintiendo; por ejemplo, al afirmar que Zaplana había sido condenado por blanqueo de capitales, cuando ni siquiera se ha convocado juicio.

El líder de Podemos sacó a colación la boda de su hija con Alejandro Agag, y entonces, intencionadamente, Aznar se refirió a los "momentos difíciles" vividos por Pablo Iglesias con el difícil nacimiento de sus hijos y deseándole "lo mejor en lo familiar".

Le recriminó que su amigo Monedero haya tenido que pagar a Hacienda por no declarar un ingreso de más de cuatrocientos mil euros, procedentes del régimen de Madero. Mucho más de lo que se ha imputado al PP en la sentencia de la Gürtel.

El ex presidente se mostró especialmente duro con Iglesias: "Usted me parece un peligro para la democracia y lo demuestra todos los días”, le dijo. No se cortó cuando añadió al final: "Hay un partido que quiere destruir el régimen y el sistema del 78, y que tiene por referencia al Gobierno de Venezuela o el de Irán. No puede usted tener peores referencias".

 

El diputado de ERC Gabriel Rufián protagonizó los momentos más estridentes, a veces chuscos. A propósito de las acusaciones sobre la guerra de Irak, Aznar le recriminó formar parte de “un partido golpista que quiere destruir el orden constitucional” y que tiene a sus máximos dirigentes en prisión, acusados de sedición y rebelión. "El régimen de la Transición que ustedes quieren destruir es el que le permite a usted estar aquí".

Rufián insistió en paralelismos con la película "El Padrino", y en alguna ocasión Aznar se quejó al presidente de la comisión, el canario Quevedo: "No creo que entre mis obligaciones esté escuchar la última parte de la intervención del señor diputado. No he venido a escuchar frases o titulares tabernarios"

Finalmente, aconsejó al diputado catalán: "No se entra en las mejores páginas del Parlamento a base de histrionismo. Si quiere un consejo de un antiguo diputado, no siga por ese camino. No le va a ir bien".

Toni Cantó, de Ciudadanos, le dijo: "Me hubiera gustado verle menos chulesco". Le preguntó: ¿No se ha cuestionado siquiera su olfato al designar a personas como Rato, Blesa... La respuesta fue: "Hice 71 nombramientos ministeriales. ¿Usted sabe lo que va a hacer su compañera de Ciudadanos dentro de 10 años?".

En síntesis, Aznar salió vivo, incluso algo crecido, de su paso por la comisión de investigación. Aunque solo sea porque no reconoció nada, y tampoco le demostraron nada. Y también porque no se dejó avasallar. Muy al estilo José María Aznar.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena

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