José Apezarena

La corrupción en el principio y el final de Pedro Sánchez

Juan Bernardo Fuentes, con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno
Pedro Sánchez con Juan Bernardo Fuentes

Quién lo iba a decir. El argumento que le sirvió a Pedro Sánchez para convertirse en presidente del Gobierno por sorpresa, sin necesidad de ganar unas elecciones, es decir, la corrupción política, amenaza ahora el final de su etapa en La Moncloa.

Fue la corrupción el arma esgrimida para sacar adelante la moción de censura que acabó con Mariano Rajoy. Y ahora se está empezando a utilizar como artefacto para descabalgar al propio Sánchez.

Es que el “caso Mediador” se está convirtiendo en una bomba de relojería de incalculables consecuencias.

Por lo que se va sabiendo, al menos quince diputados socialistas se han visto implicados en las famosas cenas montadas por el conseguidor, el canario Juan Bernardo Fuentes, Tito Berni. Al menos quince. Pedro Sánchez conoce sus nombres, y Feijóo le ha exigido que los desvele.

¿Qué va a hacer el presidente del Gobierno?

Si no toma medidas contundentes, y además rápidas para que el veneno no se extienda, se encontrará contaminado por la sospecha de connivencia con los corruptos. Pero, si actúa cortando cabezas, las consecuencias pueden convertirse en irremediables.

Una expulsión del partido, con exigencia de abandono del escaño para los quince plantearía graves problemas en el Congreso a la hora de conseguir unas mayorías que últimamente están resultando muy costosas.

Por si faltara algo, uno de los socios, Esquerra, ha sumado fuerzas con el PP para que el Gobierno dé explicaciones, aunque Podemos, que ha mostrado su “rotunda condena”, no lo apoyará.

Los populares piden la comparecencia de cuatro ministros por los contratos públicos adjudicados a la trama.

 

Así pues, ha entrado en el escenario munición de elevado poder destructor, sobre todo teniendo en cuenta los comienzos de Pedro Sánchez en su camino hacia La Moncloa.

A menos de cien días de unas elecciones locales, pero más aún a diez meses de unas decisivas elecciones generales, la corrupción quiere cercar al presidente.

Igual que le ayudó al principio, ahora puede ser compañera de su final.

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